domingo, 31 de octubre de 2010

Conferencias en Palma de Mallorca


Queridos lectores,

Este mensaje está especialmente dirigido a aquellos lectores que durante la semana que viene estarán en Palma de Mallorca. Atención: ninguna de las dos conferencias será en castellano.

  • Día 3 de Noviembre de 2010: A las 8 de la noche. Conferencia en Can Alcover - Espai de Cultura. En catalán.
  • Día 4 de Noviembre de 2010: A la 3 de la tarde. Conferencia en el Instituto de Física Interdisciplinar y de los Sistemas Complejos (IFISC), Campus de la Universitat de les Illes Balears. En inglés.
Espero que los interesados puedan asistir.

Salu2,
AMT 

Addendum (6 de Noviembre): En la página web del IFISC podrán encontrar mi seminario en (una especie, la mía, de) inglés. Concretamente, en esta dirección: http://ifisc.uib.es/live_seminars/seminar_player.php?id=72. Agradezco a mis amigos y colaboradores del IFISC la oportunidad de dar el seminario en sus instalaciones, y por haberme acogido durante estos tres días de fructífera colaboración (en un tema que no tiene nada que ver).

jueves, 28 de octubre de 2010

Quién se beneficia con el Oil Crash


 Queridos lectores,

Hay una cuestión que ha surgido un par de veces en los últimos comentarios, y sobre la que me gustaría hablar hoy. He aquí la cuestión: 
No es ésta una pregunta verdaderamente analítica, pero creo que un poco de visión histórica ayudará a centrar el tema y alejar el fantasma de visiones conspiranoicas, de confabulaciones inconfesables. Hay dos cuestiones contenidas en esa pregunta, en realidad. La primera es si las petroleras o algún otro agente no estarán intentando forzar la impresión de escasez para ganar más dinero. La segunda, más sutil, es quién saldrá, por cálculo o por fortuna, beneficiado cuando explote con toda su intensidad la crisis energética.


Yendo a la primera de las cuestiones, para cualquiera que siga el problema desde hace algunos años (alguna persona que conozco lo sigue desde los años 70, ahí es nada, casi 40 años) la pretensión de que ahora haya una concertación para subir artificialmente los precios, y que para ello se pretexte el Peak Oil, es perfectamente risible. La realidad es que, salvo contadas excepciones, el Peak Oil es tabú en el ámbito de las grandes corporaciones en general, y en el de las petrolíferas en particular. Centrándonos en el caso de las petrolíferas, que son las que más tendrían a ganar teóricamente, es fácil entender que en realidad la cosa no es tan simple.


El gráfico que precede a estas líneas está sacado de la página 31 de la presentación que el profesor Pierre Beauquis dio en la Facultad de Geología de la Universidad de Barcelona el pasado mes de Febrero. Los diagramas de barras de la primera línea muestran el porcentaje de la producción de petróleo atribuible a tres actores diferentes (Grandes Compañías o Majors, Compañías Estatales y Otras compañías) en dos momentos (el año 1973 y el 2005), mientras que los de la segunda línea se refieren a la capacidad de refinado. Se ve claramente que el reinado de las siete hermanas hace tiempo que terminó y que hoy en día la producción está en manos de compañías estatales. Así pues, por mucho que quisieran manipular el precio las grandes (ExxonMobile, Total, BP, etc) hacerlo está muy lejos de su capacidad actual. En cuanto a las compañías estatales, se entra de lleno con ellas en el juego de la geopolítica de los países productores, pero particularmente en el caso de Arabia Saudita la entente con los americanos se basa en que los saudíes allanan la producción de petróleo barato a cambio de la protección militar y policial del reino saudí. Fíjense que la cuestión no es tan sólo proteger a la monarquía regente en aquel país del enemigo exterior, sino también, y sobre todo, del interior (ver esta curiosa pieza aparecida en Forbes). No sólo eso, sino que los shocks petrolíferos de los años 70 (el primero, provocado, con el embargo árabe; el segundo, accidental, con el estallido de la guerra entre dos productores principales, Irak e Irán) mostraron a la OPEP que no se puede apretar demasiado a la gallina de los huevos de oro sin correr el riesgo de matarla, e.g., enviarla a una recesión profunda que, como pasó a finales de 2008, hundió los precios al caer la demanda. Encima, otra lección aprendida en los 70 es que los consumidores occidentales pueden mejorar su eficiencia, en detrimento de la buena salud del negocio de los productores de petróleo. Por tanto, está claro que la OPEP tiene interés en mantener los precios a un nivel adecuado, ni muy alto ni muy bajo, por el bien de su propio negocio. De hecho, todos los países de la OPEP han sufrido con la drástica caída de beneficios del año 2009 (pronto se habían acostumbrado a vivir con los grandes beneficios que procuraba el petróleo por encima de 80$ de los años 2007 y 2008) y en algunos casos la situación causada por la brusca caída de los ingresos está desestablizando gravemente algunos países (por ejemplo, Yemen y su descenso a los infiernos). De hecho, lo que hay es miedo, mucho miedo, y por eso para la OPEP el Peak Oil oficialmente no existe; peor aún, según sus propios torticeros cálculos sus reservas de petróleo son literalmente inagotables. El miedo lleva a defender posiciones ridículas.


En cuanto a la segunda cuestión, la respuesta puede ser muy simple o muy compleja. La respuesta simple es que nadie va a ganar con el Oil Crash; todos iremos a peor en cifras absolutas. Por más riqueza que se posea, habrá cosas hoy banales que serán muy difíciles o imposibles de conseguir: electricidad, agua corriente, jabón, crema de afeitar, café, chocolate, yoghourts,... Aunque los ricos tendrán un estándar de vida superior al resto, y aunque posiblemente de manera relativa a los demás su posición mejore, todos vamos a estar bastante peor comparados con cómo estamos ahora mismo.


La respuesta compleja es que habrá gente que por su astucia o previsión, o su facilidad para la violencia y la extorsión, o por su capacidad para adaptarse a un medio más duro conseguirán medrar dentro de la nueva jerarquía social que pueda emerger. Cuál es la mejor estrategia para conseguir ese status en la nueva sociedad es muy difícil de saber (para mí, imposible); primero de todo, porque implica saber a qué se va a parecer esa sociedad, con la complicación añadida de que en un mundo donde las distancias vuelven a ser enormes la organización será local y por tanto las inhomogeneidades serán marcadas: las estrategias válidas aquí pueden ser muy contraproducentes tan sólo 40 kilómetros más allá. En fin, discutir esto creo que es más apropiado para sociólogos del desastre.


Salu2,
AMT

jueves, 21 de octubre de 2010

Conferencia en la UNED

Siento el retraso en hacer el anuncio; he tenido **demasiado** trabajo estos últimos días y me he descuidado de anunciar la próxima conferencia. Abierta a todo el mundo que pueda acercarse a la UNED en Madrid.

Actualización (28 de Octubre de 2010): La charla está ahora disponible en la web de la Televisión de la UNEDhttp://teleuned.uned.es/teleuned2001/directo.asp?ID=5034&Tipo=C. Seguro que tendrán comentarios para hacer; espero que no encuentren demasiados errores.

Había incorporado el vídeo de la referencia anterior en las líneas que siguen, pero esto causa algunos problemas en algunos navegadores/sistemas y los lectores tienen problemas en acceder al blog, así que lo he retirado; sigan el enlace de arriba.



Salu2,
AMT

miércoles, 20 de octubre de 2010

El final de las exportaciones de petróleo


Queridos lectores,

El fenómeno del Peak Oil tiene muchas vertientes complejas, casi siempre con resultados nefastos para los que hacen suposiciones simplistas acerca de qué significará pasar ese punto de transición para nuestro sistema económico y social. De entrada, porque la parte derecha de la curva no tiene porqué ser tan suave y progresiva como predicen los diferentes modelos à la Hubbert, ya que en esos modelos siempre se asume una perfecta eficiencia en la extracción de los recursos, eficiencia difícil de garantizar en un mundo convulso bajo los efectos de la Gran Escasez. Además, las estadísticas de producción de petróleo (y de otras materias primas energéticas) pueden camuflar el hecho de que la energía neta que de ellas se recupera es cada vez menor. Pero hay aún otro factor de preocupación añadido para los países industrializados, que es el declive de las exportaciones de petróleo, el cual analizaremos hoy.

Hace unos tres años Sam Foucher y Jeffrey J. Brown introdujeron un modelo para describir la evolución de las exportaciones por parte de los países exportadores de petróleo, el llamado Export Land Model (Modelo de territorio exportador). El modelo se basa en una observación simple: los países que producen petróleo en gran cantidad y que lo destinan a la exportación suelen aumentar su propio consumo a gran ritmo, en parte por la abundancia del recurso y en parte como una manera indirecta de distribuir entre su propia población e industria los beneficios del negocio petrolero. En la versión más simple se contempla un país exportador que ha pasado ya su propio Peak Oil y en el cual la producción de petróleo decae a un ritmo del 5% anual mientras su consumo crece a un 2.5% anual; este país deja de exportar petróleo en unos 9 años. Aunque esta elección de parámetros es arbitraria, una comparación con el comportamiento de las exportaciones del Reino Unido y de Indonesia muestra que este efecto (el acelerado declive de las exportaciones debido a la combinación del efecto del Peak Oil y el aumento del consumo interno) es dominante.


Una revisión reciente del modelo muestra que el modelo es válido, aunque los parámetros varían según las diferentes regiones (según sean exportadoras en fase de crecimiento de producción, llegando a su Peak Oil local, en los primeros años después de su Peak Oil, o unos 25 años después de su Peak Oil). Los datos son reveladores, y se muestra que unos 10 años después de llegado a su cenit de producción la exportación se ha reducido casi un 40%; 25 años más tarde, aunque mantengan una producción propia esos países son importadores netos.


Las consecuencias lógicas de este declive exportador es que en países que son grandes importadores (como España, que importa el 99.5% del petróleo que consume) van a sufrir mucho más de lo que una valoración somera de la curva de Hubbert podría indicar. Se estima que en el momento actual, en el que la producción mundial de petróleo ha sobrepasado o está a punto de sobrepasar el cénit, que cada 1% de reducción de la producción implica un 2% de reducción de las exportaciones. Eso quiere decir que, si como algunos estudios indican, hacia el año 2015 la diferencia entre demanda y producción se sitúa en los 10 millones de barriles diarios (mb/d, sobre 85 mb/d de producción total) la carencia para el conjunto de los países importadores puede ser tan grande como 20 mb/d.


Este grave amenaza para las sociedades industrializadas es pobremente reconocida; peor aún, se tiende a descalificar los movimientos proteccionistas de las naciones protectoras (que a veces simplemente están protegiendo su propio consumo y su derecho a su propio desarrollo con sus recursos) bajo el epígrafe "nacionalismo petrolero". Lo cual es un primer paso de caras a justificar acciones militares para defender "nuestro" derecho a acceder a "su" petróleo.


Salu2,
AMT

miércoles, 13 de octubre de 2010

El final de la economía


Queridos lectores,

Se me acumulan los temas y me falta tiempo; peor aún: tengo la impresión de que se nos acaba el tiempo. Hoy intentaré hacer un post breve, basándome en un artículo recientemente destacado en su página web por Chris Martenson (ya saben que pueden acceder a una versión doblada al español de su Crash Course en la sección de "Recursos" de la web del OCO).


Ya hemos discutido aquí que la llegada del Peak Oil lleva al sistema capitalista a su inviabilidad de facto y de forma expeditiva; que, de hecho, si no hacemos nada la sociedad occidental puede acabar colapsando. Pero hay una cuestión que me planteo desde hace meses, y es qué forma tomará el final de la fase 1 del colapso (el colapso financiero). Con mucha ironía, Richard Heinberg (del Post Carbon Institute) dice que uno puede ser multimillonario sin siquiera pretenderlo (vía la hiperinflación), aunque el movimiento siempre se describe como una deflación en el largo plazo con picos hiperinflacionarios de duración más limitada (así es como siempre lo describe Stoneleigh en The Automatic Earth). Sin embargo, a mí siempre me ha quedado la duda de cómo se va a realizar eso en la práctica, contra qué nos debemos preparar y, sobre todo, cómo reconocer qué es lo que está pasando cuando comience a suceder. Hasta que el otro día vi el artículo que citaba Chris Martenson. Se trata de un artículo en el blog de Gonzalo Lira, y lleva por título "How hyperinflation will happen" ("Cómo sucederá la hiperinflación"). Gonzalo Lira piensa en el caso de los EE.UU., pero dadas sus implicaciones globales creo que es importante comprender qué es lo que va a suceder allí y cómo va a llegar aquí. En lo que sigue hago un resumen de algunos puntos clave del artículo del Sr. Lira.


Según Gonzalo Lira, en cualquier momento estallará una ola de hiperinflación en EE.UU. debido a la debilidad de sus finanzas públicas. No deja de ser irónico que mientras agencias de valoración afincadas en ese país devalúan la calificación de la deuda española, que no llega al 60% de su PIB, miren para otro lado cuando se trata de la deuda estadounidense, la cual llega ya al 100% de su PIB (piénsese que los mentideros económicos afirman que a partir del 80% se considera que una deuda nacional es impagable), más cercana al 115% de los griegos (o al 120% de Italia, pero ya hablaremos de Italia otro día) que al 56% de España o al 67% de Alemania. En fin, el caso es que los EE.UU. han estado y están financiando sus planes de ayuda y demás actuaciones, aparte de sus propias necesidades financieras, monetizando su deuda a un ritmo vertiginoso. Para ello, el Tesoro ha estado emitiendo obligaciones en connivencia con la Reserva Federal y los bancos "Demasiado Grandes para Caer" (Too big too fail - TBTF), que las compraban cuando el mercado al que iban dirigidas (brokers, fondos de pensiones, fondos soberanos, etc) no las compraban en cantidad suficiente. El problema es que todo el mundillo financiero está hablando de la burbuja del Tesoro público estadounidense, ya que todo el mundo sabe que el nivel de deuda es ya insostenible, y eso hace que en cualquier momento se pueda desatar un pánico vendedor (en el artículo se le denomina run, por analogía al bank run - cuando todo el mundo intenta sacar dinero del banco-; panic selling sería el término más apropiado en  este caso). El detonante de este pánico vendedor sería una subasta de bonos del Tesoro con poca concurrencia, seguida de una subida accidental, no necesariamente muy grande, de alguna commodity (mercancía, típicamente materias primas); casualmente, Lira pone como ejemplo una subida del precio del petróleo (cosa que sabemos que tarde o temprano pasará). Los inversores escogerían, en una cantidad no muy grande pero inusual, retirar dinero del cada vez más necesitado Tesoro para intentar aprovechar el repunte de la commodity y sacar más rentabilidad (los bajos tipos de interés favorecen aún más este movimiento). Esto forzaría a la Reserva Federal (Fed, en el argot) a incrementar sus compras de bonos, lo cual estimularía a los inversores a aprovechar la liquidez de los bonos con intención inicialmente de venderlos ahora y recomprarlos un poco más baratos después. Esto forzaría a la Fed a comprar aún más bonos y apretar las clavijas a los TBTF. Pero como éstos, aunque apuntalados por el Estado siguen siendo entidades privadas, no querrán verse atrapados con las grandes cantidades de bonos que ya tienen, y empezarán también a vender, desatando el caos. En pocas horas los bonos del Tesoro se desplomarían, siendo la Fed incapaz ya de detener la hemorragia. La burbuja del Tesoro estadounidense estará estallando.


Todo el líquido que obtengan de las ventas de bonos, esos inversores privados y los TBTF necesitarían colocarlos en bienes que consideren más seguros, y con el Tesoro estadounidense yéndose a pique la confianza en el dólar se desplomará. Toda esa masa ingente de dólares se volcaría en comprar todo lo que parezca tangible y con valor, principalmente commodities. Perdida la confianza en el dólar y queriéndose deshacerse de ellos a toda costa, los precios nominados en dólares de las materias primas, el petróleo entre ellas, pero también el carbón, gas, y sobre todo los metales -oro, plata, cobre, ...- se dispararán. Como explica Lira, hiperinflación no es tanto que la redoblada actividad económica haga más escasos -y más caros- algunos bienes (eso sería inflación) sino que no hay confianza en la moneda y nos queremos deshacernos de ella a toda costa. Por tanto, los remedios habituales para combatir la inflación -e.g., subir los tipos de interés- no son útiles. En pocas semanas, la hiperinflación se extenderá de los mercados financieros al día a día de la gente de la calle. A partir de ahí, revueltas, hambre, violencia y eventualmente establecimiento de una dictadura.


Éste es el relato que hace el Sr. Lira del escenario que, según él, tendrá lugar en los EE.UU. antes de que acabe 2011. Hay muchos detalles que no he comentado; quien quiera discutir cuestiones concretas (e.g., Japón tiene una deuda del 200% de su PIB y es estable) que se lea primero el artículo de Gonzalo Lira y después discutimos. En todo caso, quiero dejar claro que yo no sustento las tesis del Sr. Lira, porque no tengo suficiente conocimiento como para entender todas las variables que aquí se manejan (sin duda, el Acorazado Aurora podría lanzar una buena andanada para aclarar la cuestión, habida cuenta que ya ha discutido el caso de la deuda griega). Simplemente, las tesis del Sr. Lira me parecen plausibles, y sea como sea lo que se pone en evidencia es que el actual orden económico es asaz precario e inestable. Es importante destacar este aspecto, porque mientras seguimos ensoñándonos con maravillas tecnológicas que nos redimirán de nuestra crisis energética, la realidad es que pronto se va a agotar el margen de tiempo que tenemos antes de que la economía dé un destructivo latigazo a nuestras esperanzas de despliegue de tecnologías que aún no se han desarrollado. Por eso es para mí claro que el movimiento de Quim no es nada extemporáneo y, al contrario, debería ser tomado como un claro aviso a los navegantes.






Salu2,
AMT

sábado, 9 de octubre de 2010

El final de la democracia


Queridos lectores,

Estos días son un poco agitados; yo tengo un montón de compromisos que atender, mayoritariamente relacionados con mi trabajo como investigador del Instituto de Ciencias del Mar y en menor medida por asuntos relacionados con el Oil Crash (el dichoso informe del OCO, las próximas presentaciones en Madrid, diversos contactos,...). Encima, Quim ha decidido abandonar su blog, en un movimiento que ha causado una cierta inquietud entre sus seguidores pero que es, por otro lado, bastante lógico. Hace unos pocos días Quim me explicaba su determinación de dejar "Se acaba el chollo", ante lo cual yo le dije que menuda faena me estaba haciendo. Paradójicamente, fue él que me insistió durante semanas para que yo comenzara el mío, a lo que yo me resistía porque lo que verdaderamente me interesaba era hacer cosas más activas: las charlas, los contactos, etc. Al final cedí a sus presiones y al ponerme a ello me di cuenta de que el blog era un buen instrumento para compilar información y hacer a los demás partícipes de ella, al tiempo que podía discutir y mejorar argumentos. Además, es un buen instrumento para hacer publicidad e intentar aumentar la concienciación, aparte de servir de buena tarjeta de visita para la última transparencia de la presentación The Oil Crash. Y, en fin, ahora que yo ya me había implicado a fondo con el blog, va Quim y me deja solo. Sin embargo, sus razones me parecen bastante contundentes: él comenzó el blog para mostrar a su círculo más próximo que la llegada del Peak Oil no era una teoría de cuatro locos, sino un fenómeno físico, geológico y económico bien estudiado y conocido en múltiples instancias. Ahora, casi un año después, esto ha quedado bien acreditado (por ejemplo, como mostramos en el post "Público, no publicitado", sólo en España hay cientos de documentos públicos -pero no publicitados- que demuestran que nuestros políticos, al menos los de un cierto nivel, conocen de sobras el problema del cénit petrolífero y los riesgos que implica) y "Se acaba el chollo" ha perdido su sentido original. Al tiempo Quim quiere moverse hacia otras actividades más constructivas, complementarias de las que desarrollo yo y muy necesarias, en vez de simplemente ir demostrando una y otra vez hasta la náusea que estamos en una crisis energética que está minando y acabará destruyendo nuestro sistema económico, y en un plazo más breve de lo que nos creemos. Por cierto que este tipo de conversaciones circulares e improductivas, en las que unos nos citamos a otros y todos hablamos de los mismos informes, etc, es lo que yo suelo llamar "ambiente de pecera", en el que al final nos nutrimos de lo que nosotros mismos generamos; dicho de manera más vulgar, como los peces de la pecera acabamos comiéndonos nuestra propia mierda. 

Nota al margen para mis lectores: quien lea estas notas puede tener la impresión de que en la vida real soy tan relamido como el estilo que utilizo en este blog. Tal idea hará sonreír a los que me conocen fuera de este espacio virtual, puesto que en el día a día no soy precisamente lo que se dice un ejemplo de compostura en el uso de un lenguaje pulido y exento de groserías - porque el lenguaje hablado y en el contexto de la cercanía tiene otro valor de uso, pero ésa es ya otra historia...

En fin, el hecho es que Quim intentará ahora diseñar una vida más resiliente para sí, y seguramente de su experiencia todos nos beneficiaremos (si tenemos tiempo suficiente para ello). En cuanto a mí, como el nivel de concienciación de la sociedad respecto a este problema sigue siendo bajísimo, seguiré al pie del cañón elaborando argumentos e intentando cubrir aquellos huecos que otras páginas especializadas no abordan. No sufran, por tanto, yo no me voy, aunque con el tiempo el blog irá evolucionando hacia temas de resiliencia, como ya comentamos en su día.


He de ser breve, no tengo demasiado tiempo. Quería hoy rescatar un tema que fue discutido aquí brevemente hace unas semanas, en los comentarios del post "Energía, trabajo y esclavitud": ¿es posible mantener la democracia en los tiempos del Oil Crash? Mi opinión es que sí, porque revoluciones de carácter democrático, algunas fracasadas y otras triunfantes, han habido en la historia en cantidad suficiente antes de que empezara la actual era del petróleo. Sin embargo, es cierto que una sociedad con recursos abundantes puede permitirse una distribución de riqueza más desigual que una con recursos escasos. Es decir, para que una minoría mantenga un estándar de vida mucho más elevado que el resto es necesario que la mayoría viva más modestamente, y si no hay los esclavos energéticos que nos proporcionan el petróleo y las otras materias primas energéticas, al final deberán ser personas de carne y hueso las que, con su trabajo, tendrán que sustentar esa elite acomodada. Pero esa sociedad sólo puede ser estable a condición de no ser democrática, porque si la masa pobre puede escoger entre apretarse el cinturón un poco más para mantener por encima a sus líderes (políticos, económicos, morales) o vivir un poco, ligerísimamente, menos ahogados a cambio de dejarlos caer, es fácil saber lo que van a opinar. Así pues, para las clases pudientes de hoy en día la única manera de mantener un status quo de privilegio (aunque miserable comparado con el de hoy en día) es forzar una transición hacia algún tipo de dictadura u sistema oligárquico. Y parece que se lo están tomando en serio, si uno mira algunas noticias recientes: en el informe del ejército alemán sobre el Peak Oil que apareció el 1 de Septiembre y que ya fue comentado en estas páginas, aparte de poner en tela de juicio la posibilidad de exigir la defensa de los derechos humanos a los principales exportadores de petróleo se discutía si la propia democracia alemana sería capaz de resistir el envite. Ahora sabemos que desde el 3 de Mayo el Gobierno francés se prepara a movilizar 10.000 soldados para combatir a sus propios ciudadanos en caso de que hubiera revueltas masivas. Leyendo esta noticia recuerdo haber leído hace unos años en El País otra noticia sobre un estudio estratégico desarrollado por el servicio interior del Reino Unido, el MI5, en el que se contemplaba como una de las amenazas a las que tendría que hacer frente el Reino Unido en las próximas décadas las revueltas internas de su propia población, y de hecho decían algo acerca de la escasez que a mí me hizo pensar en el Peak Oil (si alguien encuentra esta referencia, por favor que me la pase para incluirla aquí). Al tiempo, en el último post de Quim antes de despedirse nos dejó testimonio de una accidentada e insólita confesión pública y en directo de dos personalidades catalanas sobre lo que se discutió en un reciente y elitista encuentro/reflexión sobre el futuro de Europa en el Monasterio de Sant Benet de Bages. En este arranque de sinceridad, los mencionados asumían que habría que renunciar a una gran parte del Estado del Bienestar en España e incluso llegaron a aludir a la dificultad de preservar la democracia (en medio de las continuas interrupciones del moderador del programa, el aquí muy conocido periodista Josep Cuní). Tanto debían pesar en la conciencia de los contertulios las dolorosas jornadas de Sant Benet de Bages que uno de ellos, Rafael Nadal, escribió unos días después un artículo en La Vanguardia con el significativo título de "Las revelaciones de Sant Benet". Se trasluce de su artículo que en Sant Benet se mostró que en una situación de expansión actual de China y otros países, basándonos en unos recursos infinitos (ya que los economistas no contemplan que la Tierra sea una casi esfera de unos 6366 Kilómetros de radio) Europa está condenada a caer en la irrelevancia. Eso sin el Peak Oil; imagínense lo que pensaría el Sr. Rafa Nadal, que según confiesa no durmió dos noches después de Sant Benet, si supiera que la producción mundial de petróleo crudo ya está declinando... Lo peor de toda esta historia es constatar, según testimonio de Rafael Nadal, la admiración de algunos líderes políticos españoles por lo que hacen China y Rusia a nivel político en su territorio...


No cabe duda de que la llegada del Peak Oil desatará muchos conflictos y exacerbará las peores pasiones dentro de los seres humanos, desde el racismo y la xenofobia hasta la tentación del totalitarismo. Un reciente artículo ("Global energy crunch: how differents parts of the world would react to a peak oil scenario") aparecido en la revista científica Energy Policy analiza algunas reacciones históricas de ciertos países delante de una situación de escasez súbita de petróleo como la que causará el Peak Oil. Evidentemente, el totalitarismo autártico y el expansionismo militar son dos de esas opciones. De nosotros mismos depende no transitar ese sendero que sólo nos puede llevar a nuestra renuncia a la democracia y a la esclavitud. La buena noticia es que sólo depende de nosotros, porque sin energía las distancias vuelven a ser enormes y desplazar grandes ingenios militares es oneroso e inefectivo, así que los problemas se lidiarán entre las facciones locales. Es por tanto prioritario que trabajemos por salvar lo que tanto costó construir. No queda más remedio que perder una buena parte de la energía; no perdamos también la democracia.


Salu2,
AMT

lunes, 4 de octubre de 2010

Honda en la onda


Queridos lectores,

Por lo general no hago gacetilla inmediata de sucesos en el mundo del Peak Oil, pero éste me parece tan relevante que no puedo evitarlo. Además, este micro-post disminuirá un poco el hambre de mis lectores en estos días de forzosa sequía por mis muchos compromisos profesionales.

Honda acaba de lanzar su iniciativa "Racing against time" (Carrera contra el tiempo); el enlace anterior es a una página de Facebook. El menú promete: Hoy, conversación con Kathy McMahon de Peak Oil Blues; mañana, conversación con Chris Martenson; pasado, conversación con Gail Tverberg aka Gail The Actuary de The Oil Drum, etc. La mayoría de los invitados a participar hablarán sobre Peak Oil. Esto parece una capitulación en toda regla.

Sigan atentos. Salu2,
AMT