viernes, 30 de marzo de 2012

Interrelación entre desindustrialización, crisis económica y de recursos.

Imagen de http://www.unife.org

Queridos lectores,

Esta semana tenemos un privilegio especial. Manuel Rey, bien conocido de los oyentes de Burbuja Radio, se ha ofrecido para hacer un post relacionado con el tema anterior, sobre las dificultades reales, concretas y conocidas de mantener un sistema industrial en una situación de escasez de recursos. Les dejo con él.

Salu2,
AMT

 
Interrelación entre desindustrialización, crisis económica y de recursos.

Por Manuel Rey

Este artículo viene a colación del debate mantenido en el Grupo de Debate sobre Energía en Facebook (http://www.facebook.com/groups/157095551027528/ ), en relación a la noticia publicada en Reuters, http://uk.reuters.com/article/2012/03/13/us-nuclear-safety-iaea-idUKBRE82C0IQ20120313, respecto a los retos en materia de seguridad y fiabilidad que plantean las extensiones de vida útil de las plantas nucleares en todo el mundo.

Este problema, que afecta no sólo a las plantas nucleares, si no a todas en general, nos lleva a un debate más amplio y relacionado con la temática que trata el presente blog. La crisis económica que estamos padeciendo, unida a la crisis de recursos, lleva a muchos gobiernos y empresas a tomar decisiones, entre ellas, las de extender la vida útil de instalaciones más allá del plazo para el que fueron diseñadas, sin embargo, esto plantea cuestiones de diversa índole que este artículo tratará de introducir y explicar a los lectores, en especial a aquellos no familiarizados con el diseño y mantenimiento de plantas industriales.

Empecemos con las clases de ingeniería mecánica y de sistemas, con un ejemplo sencillito, ¿tu coche es más fiable cuantos más años tiene? NO, y esto es así porque es un máquina que ha sido diseñada con una vida útil, sometida a un programa de mantenimiento que se desglosa en revisiones, sustituciones y ajustes, sin embargo, hay partes de tu coche que no son económicamente sustituibles, puesto que el coste de reparación supera fácilmente el valor del vehículo. Cualquiera ha experimentado que, a partir de cierta edad, su coche falla más que una escopeta de feria, y se ve obligado a cambiarlo, porque de las averías pequeñas y fastidiosas, se acaba en las grandes y costosas.


Ahora vayamos a las plantas industriales en general, y a las nucleares en particular, en este caso hablamos de sistemas mecánicos varios órdenes más complejos que tu coche, que requieren de programas de mantenimiento muy intensivos. estas plantas son tan complejas que requieren de subdivisiones para poder operarlas y mantenerlas (sistemas eléctricos y de fuerza, hidráulica, electrónica, turbinas, reactor, QHSE, proveedores, oficina técnica), esto a su vez se desagrega en conjuntos menores, por ejemplo, en el aérea de electricidad tienes equipos distintos para operar AT/MT/BT (Alta, media y baja tensión), en generación los equipos de turbinas se subdividen en equipos de electricidad, hidráulica, operadores de turbina, en modelos muy grandes se llegan a dividir incluso en equipos que gestionan los tramos de alta y baja presión.

Los programas de mantenimiento implican operaciones constantes, periódicas de corto, medio y largo plazo en mantenimiento continuo, luego tienes las paradas anuales, las bianuales, las de 4 años y las grandes paradas de planta. La planta a su vez se divide en unidades, operadas por sus propios equipos, que requieren coordinación desde la ingeniería que la diseñó, a las empresas que la construyeron, así como los contratistas de mantenimiento.

   
Ninguna planta nuclear o de otro tipo, como sistema mecánico que es, tiene una vida útil infinita, y esto es debido a que hay partes de la misma cuyo coste de sustitución es prohibitivo. Da igual lo perfectamente mantenida que tengas la planta, cuando los "main" llegan al final de su vida, hay que bajar el machete.
 
Una división de la ingeniería se dedica precisamente a gestionar la extensión de vida útil de plantas y su transformación (se conoce como refurbishing), la razón para hacerlo es siempre la misma, no hay presupuesto para construir una nueva, y se trata de extender la vida de las existentes, asumiendo que la curva de costes se te dispara, al igual que en tu coche, el "conjunto-planta" cada vez tiene más fallos, requiere intensificar los recursos que gastas en mantenimiento ordinario, preventivo y predictivo, y eso al final te va directo al coste de MW.


Ninguna planta en operación, del tipo que sea, puede mejorar su fiabilidad con el tiempo, entre otras cosas porque esto ya queda marcado en la ingeniería conceptual y básica, tiene la que tiene, y la incorporación de mejoras es un 90% corrección de errores "as built" (en España somos más finos, le llamamos "apuntacagada"), y el 10% restante son pequeños retoques derivados de cambios de normativa en HSE, o grandes cambios impuestos de desastres como Chernobyl o Fukushima. 


Una vez superas la vida útil, el día a día de mantenimiento es un sindiós, entre que la propiedad no quiere tirar dinero en una planta a punto de finalizar su ciclo, y que los costes de operación y mantenimiento se te disparan, el cierre siempre viene por lo mismo: accidente.

Centrándonos en las plantas nucleares, son con diferencia las más difíciles de transformar, al resto de plantas las metes en parada y cambias lo que quieras, eso depende de las ganas de quemar millones que tengas, en nuclear, todo lo que supone el conjunto reactor-circuito de refrigeración es una pesadilla, porque tienen la curiosa propiedad de ser radiactivos, lo cual sienta muy mal a los operarios, salvo a Homer Simpson, que por alguna extraña razón es inmune.

Estos problemas son sólo la parte fácil, el estrés térmico y de radiación que sufre toda esa unidad acaba con cualquier material si les das tiempo, es por ello que la vida útil de una nuclear no sale de un grupo de físicos tirando dados, sale de un potaje infernal (agua a alta temperatura+radiación+presión), contra el que no pueden ni los reactores superpijos que se montaron los americanos y los rusos en sus submarinos, portaaviones y cruceros, esas plantas se construyeron sin mirar el coste, incorporan titanio a parrote (supongo que conoces el coste de este material), pues bien, los accidentes sufridos en estas plantas han sido muy graves, una buena parte debidos a errores de cálculo en fatiga de materiales, hasta el titanio se vuelve quebradizo como el cristal en ese entorno, en el caso de los rusos, se equivocaron por un 60% del tiempo calculado, y las tripulaciones se lo siguen agradeciendo desde el fondo del mar.

Efectos de la radiación sobre acero inoxidable (Fuente: Cambridge University)


Para terminar, una falla grave en esa unidad te deja ko la planta, si aún es nuevecita, puede compensar el coste, pero en una planta vieja, es cierre asegurado, las plantas españolas ya han tenido varios avisos, ninguno que implicara riesgo real para la población, pero sí han sido incidentes serios desde la operativa, esta situación no puede hacer si no empeorar, dada la coyuntura económica que vivimos, la paralización de nuevos proyectos y la inercia natural de las compañías a alargar los ciclos de las plantas, en espera de una mejora económica que se retrasa indefinidamente. El agravamiento de la crisis de recursos que tan ampliamente se analiza en este blog contribuye negativamente a este problema, disparando los costes de mantenimiento en unas plantas ya de por sí viejas.


lunes, 26 de marzo de 2012

La degeneración industrial

Imagen de http://sightsandlights.blogspot.com.es

Queridos lectores,

Hoy me he quemado el dedo. Abrí el gas para poner a hervir las lentejas y tardé quizá uno o dos segundos más de lo estrictamente necesario. Demasiado. La llama de la cerilla ya había llegado a la yema de mi índice, y prácticamente al tiempo que la acercaba al fogón tuve que empezar a agitar el fósforo para que se apagara. Una anécdota trivial, como ven, un pequeño incidente cotidiano sin la mayor importancia. Sin embargo, a veces las situaciones triviales esconden cambios más profundos y de mayor importancia de lo que podría parecer. Lo cierto es que la última caja de cerillas que he comprado lleva cerillas más cortas; bastante más cortas, como un tercio menos en longitud o así. No sólo eso: los palos parecen más delgados. No sé si es por un cambio de marca o un cambio de modelo de fabricación de la misma marca: las cerillas las cojo en el súper, siempre en el mismo sitio, y nunca me he fijado de qué marca son. La verdad es que en ese sitio sólo hay un tipo de cerillas, así que tampoco podría escoger aunque quisiese. Y, en el fondo, ¿qué más dan unas cerillas? Simplemente, debo ser más cuidadoso a la hora de encender el fuego. No es un gran cambio.

Últimamente me estoy quedando sin pantalones vaqueros. Quiero decir, en un estado decente. Antes un vaquero me duraba en buenas condiciones un par de años. Bueno, cuando digo antes quiero decir hace unos diez años o así; mucho antes que eso, cuando yo era niño, la tela de los vaqueros era tan gruesa que cuando los otros niños jugaban a darte latigazos en el culo con las cuerdas de las peonzas no tenías que preocuparte el día que llevabas vaqueros, porque aquello era impenetrable, y esto vaqueros duraban más que el tiempo que aún te valían por talla. En fin, el caso es que ahora los vaqueros no me duran nada. Es cierto que no voy a tiendas pijas donde te puedan vender lo más fashion y, posiblemente, de mejor calidad, pero en fin, sigo yendo a los mismos sitios que antes iba, y ahora me encuentro que prácticamente después del primer lavado la trama del pantalón se comienza a deshilachar. El caso es que tengo un par de vaqueros que no tienen ni un año pero que podrían utilizarse perfectamente de vestuario para "La noche de los muertos vivientes". Bueno, también es cierto que un par de vaqueros no son tan caros (aunque últimamente cuestan más) y tampoco pasa nada por renovarlos un poco más frecuentemente. Además, puedo usar otro tipo de pantalones... el caso es que hace poco compré un par de pantalones de tela, en una tienda de una marca conocida, con un tacto muy agradable, muy finitos, casi vaporosos. De tan vaporosos que el primer día que hizo tramontana (viento fuerte y frío propio de estas comarcas) mientras estaba con la nena en el parque el pantalón se heló y se rajó. Bueno, no pasa nada, tampoco es tan caro...

Son dos ejemplos cotidianos tomados al azar entre tantos otros: ese billete de metro o de tren cada vez más delgado y endeble, esa oferta cada vez más restrictiva en los supermercados, esa herramienta con mango de plástico que se rompe en la primera hora de usarla, ese paraguas que se dobla al recogerlo, esos zapatos que se desencolan antes de que acabe su primera estación, esas botellas y cartones de paredes cada vez más finas... Todos estos ejemplos ilustran un fenómeno subyacente que cada vez más está tomando carta de naturaleza, y que va más allá de la obsolescencia programada a la que ya nos habíamos acostumbrado. Son destellos, síntomas, de un fenómeno nuevo, de un cambio más profundo: la degeneración industrial.

Hasta ahora, los productos estaban diseñados para durar un cierto tiempo para obligarnos a cambiarlos cada cierto punto y así mantener la producción y el crecimiento exponencial de la economía; como ya hemos discutido, ésa es la razón de tanto despilfarro. De una manera consciente o inconsciente todos sabemos ya que éstas son las reglas del juego, pero como tal frenética actividad de comprar, usar y tirar mantenía la economía en marcha y en el fondo nos garantizaba mantener un nivel de renta que permitía seguir este juego no nos había importado mucho, y así los habitantes de los países que se auto-denominan "civilizados" han llegado a encontrar "normal" que se tenga que cambiar de vestuario cada año o dos, de ordenador cada 3, de coche cada 5 y de casa cada 10. Y tienen razón en denominar a esta práctica "normal" porque es la que por la vía de hecho ha llegado a ser la norma o costumbre, en realidad impuesta.

Sin embargo, el proceso al que nos enfrentamos ahora es de una naturaleza muy diferente. Aquí no se trata de maximizar el ciclo productivo y su rentabilidad, sino algo más perverso y dañino. Sucede que con el hundimiento de la clase trabajadora en estas primeras fases de la Gran Exclusión el consumo está cayendo, y el idolatrado equilibrio entre oferta y demanda que permite fijar el precio se está desplazando a la izquierda a medida que la demanda cae y los precios se ven obligados a hacer lo propio. Sin embargo los grandes industriales, que tienen ya en marcha un sistema de producción a gran escala con grandes fábricas y enormes redes de distribución, tienen demasiada inercia estructural como para poder responder con agilidad a los cambios. En el caso de algunos productos más caros (de mayor valor añadido) la demanda se ha destruido para nunca más volver; es el caso, por ejemplo, de los coches: la mayoría de la gente que ha dejado de poder mantener un coche nunca más volverá a tener uno. En este caso la única solución para el industrial es reducir la producción, lo cual implica cerrar fábricas y echar a gente a la calle (retroalimentando la destrucción de demanda en general, ya que un trabajador menos es un consumidor -o varios- menos). Sin embargo, hay otros muchos productos cuya demanda latente sigue siendo elevada pero que no se expresa en demanda real simplemente porque la gente no se puede permitir según qué precios. Éste es mayormente el caso de los productos de primera necesidad, como los alimentos o la ropa. En ese caso, el industrial lógicamente intenta reducir el precio de venta de sus productos, ya sea por la vía de reducir sus margenes de beneficio (lo cual va contra sus intereses) o por la de reducir sus costes. Para reducir costes puede rebajar el salario a sus trabajadores, pero tal estrategia tiene un recorrido limitado y además cuando menos cobren sus trabajadores menos consumirán (de nuevo el terrible dilema del capitalismo). Así que en el largo plazo la mejor y única estrategia pasa por reducir los costes esencialmente productivos. Lo ideal es que esta reducción llegase por una mejora sin límites de la eficiencia, pero la Termodinámica es en eso muy obstinada (en un post futuro abordaremos el papel de la entropía como suprema y tiránica soberana de nuestro mundo) y el margen de mejora acaba siendo escaso o nulo. Por tanto, lo que queda al final es la simple disminución del aporte material, del consumo de materias primas en la producción, sobre todo ahora que con los albores del Peak Everything (el pico de todo, o Gran Escasez) cada vez son más caros. El industrial va así progresivamente degradando la calidad de sus productos, intentando llevarlos al límite de la inmaterialidad pero por el camino malo (nada que ver con la tan cacareada y nunca vista desmaterialización de la economía).

Lo perverso de este mecanismo de progresiva degradación de la calidad de nuestros objetos cotidianos es que varias décadas de convivencia con la obsolescencia programada nos han hecho muy sumisos a este tipo de procesos de degradación. Aceptamos pues como "normal", porque sigue la vieja norma de la obsolescencia programada, que todo sea de calidad deficiente y que tenga que ser reemplazado periódicamente. Sí que podemos percibir que el ciclo de obsolescencia es ahora más breve, pero como en general los ciclos de obsolescencia se han ido reduciendo con el tiempo es también normal interpretarlo como parte del BAU, de la manera habitual de proceder. Sin embargo, en esta ocasión se está forzando el ciclo de obsolescencia hasta extremos ridículos, como en el caso de las cerillas con el que abría el post y como con tantos otros ejemplos que seguramente el lector podrá encontrar, lo cual evidencia que el motor de estos cambios no es tanto la aceleración del ciclo productivo sino la desesperación por reducir costes. La mayoría de la gente confía sumisa en las bondades del "sistema", del BAU, en su quehacer y asumen implícitamente que con esta aceleración de la obsolescencia el capital fluirá más rápido y tendrán suficiente renta como para mantenerse en esta rueda. Nada más lejos de la realidad. La progresiva degradación de los bienes de consumo común es en realidad un peldaño más en el descenso a La Gran Exclusión.
 
La degeneración industrial lleva consigo muchos otros efectos negativos, en particular la pérdida de la capacidad industrial y de la economía de escala. La producción de muchos bienes hoy en día es posible solamente porque se producen a escala masiva gracias al uso intensivo de la energía barata. Al irse degradando la renta disponible de los consumidores todas estas empresas irán colapsando y perderemos progresivamente el conocimiento y la capacidad de producir industrialmente muchos productos finales, pero no sólo eso, también la capacidad de producir muchas materias intermedias necesarias en diversos procesos industriales y que de hecho necesitaríamos para poder montar nuestro sistema energético alternativo basado en energía renovable con el que soñamos y que seguramente no vamos a ser capaces de permitirnos. En suma, perderemos la base industrial, el músculo productivo necesario para emprender cualquier tarea industrial.


Llegará un momento en que algunos industriales avispados empiecen a ofrecer productos que, simplemente, estarán bien construidos, probablemente de manera más artesanal; pero, eso sí, a su precio. Será en ese momento en el que sabremos cuál es el precio real de las cosas. Y es que estos nuevos productos hechos a la vieja usanza no serán baratos, y aunque surgirán para dar respuesta a una masiva demanda de tener objetos de calidad suficiente acabarán siendo productos prácticamente de lujo. Como lo fueron, de hecho, a la antigua usanza: la gente antes no renovaba el mobiliario de su casa, sino que como mucho compraba algún mueble durante su vida y los armarios, camas, cómodas y demás pasaban de generación en generación. Y en ese momento la gran mayoría de la población se dará cuenta de hasta qué punto ha descendido su nivel de vida, hasta qué punto nos habíamos ido haciendo pobres sin darnos cuenta. Una vez más, como en la metáfora de la rana y el agua hirviendo.


Salu2,
AMT

jueves, 22 de marzo de 2012

El precio de los petróleos

Imagen de http://www.theinertia.com

Queridos lectores,

Una vez más, Luis Cosin me ha remitido un interesante artículo sobre cómo se forman los precios del petróleo, o más correctamente, de los distintos tipos de petróleo, ya que no son todos exactamente fungibles e intercambiables. El artículo es muy oportuno, después del debate que hemos sostenido esta mañana en Burbuja Radio Daniel Lacalle,  Manuel Rey, Juan Carlos Barba y un servidor. Les dejo con Luis (es decir, en buenas manos).

Salu2,
AMT

CÓMO SE FORMA EL PRECIO DE LOS PETRÓLEOS Y QUE FACTORES INTERVIENEN EN ÉL


1. ¿Precio de “el petróleo” o de “los petróleos”?

Como se comentó en un post anterior:


No existe “un” petróleo, sino muchos, con propiedades físicas y químicas muy diferentes, que condicionan sus posiblidades de aprovechamiento y, por tanto, su valor:

Por este motivo, deliberadamente hablaré de “los petróleos” y no de “el petróleo” a lo largo de este post.


Básicamente, en la formación del precio de un petróleo intervienen:

  • Su coste de producción y su disponibilidad (donde intervienen los costes de producción y el tipo de contrato).

  • Su posibilidades de aprovechamiento (básicamente, sus costes de refino y las posibilidades de obtener productos de valor)



2. Tipos de crudo y posibilidades de aprovechamiento


Estequiométricamente, la composición media de los petróleos sería 85%C, 12%H y 3% S+O+N, además de varios elementos metálicos.

Sin embargo, existen tipos muy diferentes de crudos en función de sus propiedades y sus posibilidades se aprovechamiento. Esto es un factor determinante para su precio.


  • De acuerdo a su densidad, que determina la proporción de pesados y volátiles, suelen clasificarse en ligeros y pesados. La densidad se mide en grados API (American Petroleum Institute).

La gravedad API es una medida de densidad que describe cuán denso es el petróleo comparándolo con el agua. Si los grados API son mayores a 10, es menos denso que el agua, y por lo tanto flotaría en ésta. Los petróleos se clasifican en ligeros, medianos, pesados y extrapesados, de acuerdo con su medición de gravedad API:

    • Crudo ligero (“light”) es definido como el que tiene gravedades API mayores a 31,1 °API.

    • Crudo mediano (“medium”) es aquél que tiene gravedades API entre 22,3 y 31,1 °API.

    • Crudo pesado (“heavy”) es definido como aquél que tiene gravedades API entre 10 y 22,3 °API.

    • Crudo extrapesado (“extraheavy”) es aquél que tiene gravedades API menores a 10 ° API.



Los petróleos más ligeros producen mayor cantidad de productos volátiles (gases, gasolinas, querosenos y gasóleos) y, por tanto, su rendimiento energético y económico es mayor.

Los más pesados, requieren tratamientos costosos como el cracking y la hidrogenación para generar productos de mayor valor.


  • De acuerdo a su composición, se clasifican en:

    • Parafínicos, contienen mayoritariamente hidrocarburos lineales o ramificados de cadena larga (hexano, heptano, octano y parafinas más pesadas). Las parafinas de cadena ramificada suelen denominarse también isoparafinas.

Requieren tratamientos de isomerización (costosos) en unidades de reformado catalítico para mejorar el índice de octano, evitar la formación de gomas y resíduos sólidos y así poder ser utilizados como combustibles de calidad.


(n-heptano)

(isoparafina)


    • Nafténicos, contienen un aproporción elevada de hidrocarburos cíclicos no aromáticos, llamados naftenos (ciclopentano, ciclohehano...etc. y sus derivados).

Requieren su conversión en aromáticos (tratamienton de deshidrogenación en unidades de reformado catalítico) para mejorar el índice de octano de sus naftas.



    • Aromáticos, que contienen una proporción significativa de aromáticos (hidrocarburos basados en anillos de benceno: anilinas, asfaltenos...etc).


(Benceno)

Son los mejores combustibles, pero muchos de ellos son peligrosos para la salud, por lo que se debe controlar que su presencia en las mezclas no supere ciertos límites.


  • De acuerdo con su contenido en azufre (un parámetro que, como veremos, es fundamental para determinar el esquema de operación de una refinería), los petróleos se clasifican en gradación:

    • desde Dulces, con bajo contenido, o “sweet”, inferior al 0,5% en masa

    • hasta Agrios, con alto contenido, o “sour”, superior al 0,5% en masa


La extracción del exceso de azufre por medio de hidrodesulfuración a altas temperaturas:

CnHmS + 2H2 -> CnHm+2 + H2S (gas)

Es necesaria para minimizar los efectos de la corrosión generada por los residuos de la combustión (óxidos de azufre SOx, que reaccionando con agua forman ácidos sulfuroso y sulfúrico) garantizando un mínimo de depósitos y adherencias.

El sulfuro de hidrógeno, H2S, es un gas extremadamente peligroso, venenoso e inflamable y su presencia en la atmósfera es monitorizada en las plantas de refino constantemente.


  • Por su contenido en metales pesados y otros envenenadores de catalizadores, típicamente:

    • Metales pesados como el Plomo o el Vanadio (uno de los contaminantes más habituales).

    • Venenos como el arsénico.

Dificultan o imposibilitan su tratamiento en unidades de proceso, ya que destruyen los catalizadores necesarios para que tengan lugar las reacciones que se desarollan en el proceso de refino.

Lista de crudos comerciales:


País/Zona

Crudo


º API
Abu Dhabi

Murban


40,5
Abu Dhabi EAU
Zakum upper

33,1
Angola

Palanca


40,1
Angola

Cabinda


31,7
Angola 

Takula


32,4
Arabia Saudi
Arab extra Ligth

37,2
Arabia Saudi
Arab Ligth


33,3
Arabia Saudi
Arab Medium

28,5
Arabia Saudi
Arab Heavy


27,4
Argelia

Sharan blend 45,5 API

45,5
Australia

Griffin


55
Camerún

Kole Marine


32,6
Camerún

Lokele


20,7
China

 Daquing (Taching)

32,6
Colombia

Caño Limón


29,3
Congo

Dejno Blend

27,6
EEUU Alaska

Alaskan North Slope ANS

27,5
EEUU California
San Joaquin Valley

15,7
EEUU California
Huntington Beach

20,7
EEUU Mississippi
Baxterville


16,3
EEUU Texas

West Texas Intermediate WTI
40,8
EEUU Texas

West Texas Sour (WTS)

33,9
Gabón

Gamba


31,4
Gabón

Mandji Blend

30,1
Indonesia

Minas (sumatran ligth)

34,5
indonesia

Duri (Sumatran Heavy)

21,3
Irak

Kirkuk Blend

35,1
Irak

Basrah Medium

31,1
Irak

Basrah Heavy

24,7
Irán

Iranian Ligth

33,7
Irán

Iranian Heavy

30,9
Kazajstán

Tengiz


47,2
Libia

Bu Attifel


43,3
Libia

Es sider


37
Malasia

Tapis blend


45,9
Mar del Norte
Flotta Blend


34,7
Mar del Norte
Brent Blend


38,3
Mar del Norte Noruega
Osberg


33,4
Mar del Norte Noruega
Emerald


22
Mar del Norte UK
Forties blend

40,5
México

Isthmus


33,3
México

Maya


22,2
Nigeria

Brass River


42,8
Nigeria

Escarvos


36,4
Nigeria

Bonny Medium

25,2
Nigeria

Bonny Ligth


33,8
Nigeria

Forcados


29,6
Rusia

Russian Export blend

31,8
Venezuela

Oficina


33,3
Venezuela

Tia Juana Ligth

31,8
Venezuela

Mesa


29,8
Venezuela

Tia Juana Medium 26

26,9
Venezuela

Mery


18
Venezuela

Bachaquero


16,8
Venezuela

Boscan


10,1



3. El refino de los petróleos y la influencia en su precio


El primer paso para aprovechar los petróleos es su refino, un proceso que en realidad se “diseña” a la medida del crudo que se va a procesar y los productos que de él se desean obtener.

Desde un punto de vista simplificado, una refinería es un conjunto de unidades de proceso enlazadas en un esquema de refino. En cada una de ellas se lleva a cabo una operación unitaria:



El esquema de refino ha ido variando a lo largo de los años, aumentando en complejidad a medida que:

  • Disminuía la disponibilidad de crudos de alta calidad (ligeros y dulces, “sweet light”) y los márgenes obtenidos con ellos.

  • Aumentaba la exigencia de las especificaciones de los productos (gasolinas, gasóleos, Querosenos, naftas...): contenido en azufre, en nitrógeno, índice de octano, contenido en gomas...etc.

  • Aumentaban las regulaciones medioambientales: humos, efluentes, olores...etc.


Los productos intermedios y finales obtenidos en el refino de un petróleo y su valoración a precios de mercado determinan el precio máximo al que se puede pagar un crudo.

Se llama poder de conversión de una refinería a la capacidad de obtener productos más ligeros (gas, naftas, querosenos y gasóleos) a partir de un crudo determinado. A mayor poder de conversión, mayor margen, pero también mayor complejidad.

Y un esquema típico de refinería es el siguiente:




Principales extracciones de los petróleos crudos:



Producto
Intervalo de temperatura ebullición
Aplicaciones
Fracciones Ligeras
Gas de refinería
<20ºC
Combustible para la refinería
GLP
<20ºC
Calefacción doméstica e industrial
Gasolina
40-150ºC
Carburante para automóviles
Nafta pesada
150-200ºC
Materia prima para productos químicos, disolventes.
Fracciones Medias
Queroseno
170-250ºC
Lámpara de alumbrado carburante para turborreactores
Gas Oil
250-320ºC
Carburantes para motores diesel, calefacción doméstica
Fracciones Pesadas 
Fuel Oil ligero
340-400C
Combustible para buques, locomotoras, etc.
Fuel Oil pesado
400-500ºC
Materia prima para lubricantes, ceras, cremas y aceites.
Asfalto
>500ºC
Pavimentación, techado, impermeabilización, etc.


Habitualmente, las refinerías están integradas en grandes complejos petroquímicos con plantas químicas que aprovechan algunas de las corrientes de salida de las unidades como materia prima para su proceso.

Por ejemplo:

  • Fabricar monómeros para plásticos (crackers de naftas para fabricar etileno, propileno...etc).

  • Lubricantes, a partir de bases lubricantes.

  • Producción de electricidad.

  • Envasado de GLP.

  • ...etc


4. Tipos de contrato petrolero


Los tipos de contrato de exploración y producción tienen un impacto fundamental en la disponibilidad de crudo para exportación y su precio final.

Cada contrato petrolero es el resultado de una negociación única e irrepetible en la que intervienen:

  • El poder negociador del estado o compañía cedente de los derechos. No se negocia igual en USA, Europa o Arabia Saudí que en otros países.

  • El poder negociador de la compañía operadora, sus capacidades técnicas, las alternativas existentes...etc.

  • Y sobre las dos, el riesgo exploratorio, es decir, la incertidumbre sobre la cantidad de crudo y la capacidad de producción (no es lo mismo un contrato para producir en el Golfo Pérsico que en el Ártico).

Un mal diseño de los contratos puede alejar a las empresas de E&P, tener efectos muy contraproducentes y conducir a un desempeño subóptimo:



De acuerdo con la propiedad del recurso, entendida como la capacidad de definir los precios, volúmenes y mercados para la producción tenemos dos tipos de contrato principales:


  • A) Sistemas Contractuales, donde la propiedad pertenece, generalmente, al Estado o a la compañía nacional, que retribuye de diversas formas a la compañía de E&P. Este tipo de contratos limitan el margen de actuación de las compañías contratistas y aumentan el riesgo moral. Dentro de los Sistemas Contractuales, se dan varias modalidades:

    • Contratos de Servicios, donde la retribución es generalmente en dinero. Se dividen en tres categorías:

      • 1) Contratos de Servicios Puros, en los que el Estado otorga a la compañía privada un porcentaje fijo de los ingresos (medidos en Boca de Pozo); con este porcentaje la compañía deberá cubrir los costos incurridos, ya sea de operación (“OPEX” u “operation expenditures”) o inversión (“CAPEX” o “capital expenditures”), en la operación del campo.

      • 2) Contratos de Servicios de Riesgo, en los que la retribución a la compañía se realiza sobre el beneficio de la operación.

      • 3) También hay Contratos Híbridos, donde se encuentran mezclas de los dos mencionados anteriormente

    • Contratos de Producción Compartida, donde la retribución a la compañía contratista suele ser en especie. Muchas veces se le permite al operador del campo, recuperar sus opex y capex, antes de aplicar la participación del Estado.

  • B) Sistemas de Regalías e Impuestos, donde la propiedad la asume la compañía que aporta el capital y asume el riesgo. En estos casos, la participación del Estado se limita al cobro de regalías y/o impuestos.

Operativamente la regalía consiste en aplicar un porcentaje específico sobre el volumen o valor de la producción. En el caso del petróleo y gas natural, se aplica sobre la producción o el valor de la misma, medidos en Boca de Pozo.

Por ello es un concepto que, dentro de su cálculo, no necesita la contabilización de los costos de operación e inversión realizados.


De acuerdo con quién asume el riesgo de la operación, tenemos dos casos:

  • En los de Servicios, suele ser el Estado quien lo asume y simplemente contrata a compañías de servicios que se limitan a realizar determinadas operaciones, por ejemplo: perforación de pozos, mantenimiento, etc. Por tanto, en caso de descubrirse un pozo “seco” es el Estado quien pierde dinero, ya que no puede evitar el pago a la compañía de servicios.

  • En los de Regalías e Impuestos, suele ser la compañía quien asume el riesgo de la operación, por ejemplo, cuando firma un contrato donde el Estado sólo participa ante un descubrimiento comercial, la pérdida por pozos secos recae sobre la compañía.

5. Características principales de cada tipo de contrato petrolero


Aquí hay un resumen muy bueno:

Sistemas de Regalías/Impuestos: es el sistema más sencillo y el preferido por los países del Golfo Pérsico, donde las regalías pueden llegar al 99%.

  • La empresa que desea realizar el emprendimiento debe pagar un bono al Estado cuando se firma el contrato de exploración o cuando comienza la etapa de producción. La adjudicación suele ser por subasta o concurso de sobre cerrado.

  • El operador del campo petrolero debe pagar una regalía al Estado.

  • El operador del campo petrolero debe cubrir todos los OPEX y CAPEX de la operación.

  • Adicionalmente el operador debe pagar los impuestos y tributos establecidos por ley.


Contratos de Producción Compartida:

  • El contratista paga un bono al Estado al momento que se firma el contrato.

  • El contratista paga regalías al Estado cuando comienza la operación.

  • El Estado Nacional retiene la propiedad de las reservas, simplemente asegura al contratista el derecho a explorar, desarrollar y producir las reservas. En este sentido, el Estado tiene el control empresarial de la operación, mientras que el contratista se encarga de las operaciones petroleras.

  • El contratista paga todos los costos y riesgos asociados a la exploración y el Estado (generalmente a través de la empresa estatal) se reserva el derecho de asociarse en la etapa de desarrollo y producción del yacimiento.

  • El contratista usualmente debe cubrir los costos de entrenamiento de personal local y/o dar dinero para financiar estos conceptos, estos costos pueden recuperarse en el futuro.

  • Los costos de operación y, en algunos casos, los costos de exploración y desarrollo, pueden recuperarse a través de porcentajes de la producción. El volumen estimado para cubrir estos costos generalmente se denomina “costo de recuperación”.

  • Un monto de la producción, generalmente referida a la producción total deducida aquella para pagar las regalías y costos de recuperación, se divide entre el contratista y el Estado (empresa estatal). Este "profit split" puede variar desde 5% hasta 60% para el contratista.

  • Dado que el contratista no puede disponer de las reservas del hidrocarburo, entonces generalmente está interesado en aquella parte de la reserva que le corresponde luego de la división anotada en el párrafo precedente.

  • El contratista también se hace cargo de los impuestos y tributos señalados en la ley, muchas veces, para fines prácticos, se aplican estos impuestos sobre el profit split.


Contratos de Servicios: los preferidos por los países del área LAM:

  • Existe el pago de un bono al Estado cuando se firma el contrato.

  • Pagos de regalías al Estado cuando se produce el campo.

  • Las reservas quedan en propiedad del Estado.

  • Todos los costos y riesgos de las etapas de exploración, desarrollo y producción las asume el contratista.

  • El contratista recupera los OPEX y CAPEX a través de pagos por sus operaciones.

  • El Estado puede participar en la operación junto al contratista.



6. La formación del precio y del valor



Desde un punto de vista del vendedor, el precio de un crudo lo podemos descomponer en los siguientes componentes:

Coste de la exploración imputados según el contrato (prorrateado de acuerdo a la producción futura esperada en cada momento, ver el apartado de “contratos petroleros”).
+
Amortización de las instalaciones y otros costes fijos.
+
Coste de la producción imputado según el contrato (costes variables).
+
Coste del transporte al punto de entrega.
+
Royalties e impuestos necesarios para poder vender/exportar el crudo.
+

Margen neto.



El mismo petróleo puede tener precios muy diferentes para la compañía estatal y la operadora.

Desde un punto de vista del comprador final (que asumiremos que es una empresa dedicada al refino) el valor de un crudo lo podemos descomponer en los siguientes componentes:


Rendimiento, es decir, valoración a precios de mercado de los productos que se pueden obtener con el mejor esquema de refino disponible.
-
Coste del transporte desde el punto de entrega hasta las instalaciones de procesado.
-
Coste del proceso y tratamiento del producto (desulfuración, desalado, energía consumida por las unidades...etc).
-
Amortización de las unidades (desgaste de las unidades, agotamiento de catalizadores...etc).
-
Coste de almacenamiento y venta de los productos terminados.
-
Coste de tratamiento de residuos y subproductos.


Así, el precio final de cada crudo es único y depende, por tanto, de los siguientes factores:

  • El contrato de exploración y producción.

  • El número, la capacidad y la disponibilidad de las instalaciones adecuadas para tratarlo: los crudos pesados y agrios tienen un mercado más reducido y, por tanto, se venden con un descuento sobre sus análogos más ligeros y dulces.

En general, el poder de conversión de las refinerías activas en los países consumidores ha ido aumentando sostenidamente a lo largo de los años, hasta el punto que una refinería con una configuración adecuada en los años 80-90 sería en la actualidad anti-económica.

  • Las alternativas disponibles al alcance de los compradores.
  • El precio de mercado de los productos intermedios y finales: hay un mercado de productos intermedios (naftas, fuelóleos, concentrados bencénicos...etc.) una de cuyas referencias más importantes es, por ejemplo, Platts:


Así:

    • Ante un precio bajo de las naftas, una refinería puede decidirse a importarlas para incorporarlas a sus unidades directamente, en lugar de fabricarlas ella misma.

    • Del mismo modo, si el margen obtenido exportando las naftas de una determinada calidad es mayor que el obtenido con productos finales formulados, puede optarse por exportar éstas directamente.

  • El coste del flete desde el punto de producción al de procesado.

  • Las existencias para la venta, que van a depender del comportamiento del vendedor:

    • Las compañías privadas habitualmente desean monetizar sus reservas lo antes posible, para recuperar “cash” y reducir el riesgo (político y moral) de la operación. De modo que su interés es vender todo lo posible a precios por encima de su umbral de rentabilidad.

    • Las compañías estatales atienden a criterios geopolíticos y su comportamiento y sus prioridades son más impredecibles. En ocasiones, pueden limitar la producción para sostener los precios, forzar la renegociación de contratos, gruardar parte de sus reservas para el futuro y, en general atender a toda una serie de prioridades que tienen poco que ver estríctamente con el mercado.


  • Factores geopolíticos que afectan a la oferta de crudos alternativos compatibles: guerras, revoluciones, inestabilidades, decisiones de la OPEP, cambios en la legislación de los países exportadores... etc.

  • Factores geopolíticos o estacionales que afectan a la demanda: crisis económicas, época del año, nivel de resrervas de emergencia, clima y temperatura, periodos vacacionales, requerimientos legales y ambientales...etc.

  • Y, como en todo mercado, las expectativas futuras, la acción de especuladores a través de contratos de futuros y derivados que, a veces, superan en varias veces los importes de los contratos de compraventa reales.