miércoles, 29 de abril de 2015

El Oil Crash a escala humana (II)



Queridos lectores,



He aquí la segunda entrega del ensayo de Parroquiano, donde sigue desarrollando su análisis sobre la conexión entre dinero y excedentes energéticos.

Salu2,

AMT


El crash oil a escala humana. II

El dinero no es nada, pero mucho dinero, eso ya es otra cosa.
George Bernard Shaw

Como en todas las cosas importantes, pocas veces nos detenemos a pensar cual es, efectivamente, su verdadero significado; damos por descontado el conocer su esencia sin que siquiera nos la hayamos cuestionado una vez. Por de pronto, el dinero, no comprende una sola definición sino varias; la más conocida de ellas es la definición económica del dinero: un medio de intercambio y/o de pago. Pero, dijimos, no es la única; sociológicamente se ha considerado al dinero como un símbolo operador de la unidad social (moneda, nación y estado). Psicológicamente, al menos la escuela conductista, ha definido el dinero como un reforzador condicionado generalizado.  Antropológicamente el dinero ha sido considerado como un catalizador de la equivalencia, hace que  todo sea equivalente (incluso lo que en algún periodo de la humanidad se consideró irreductible, ej.: el honor, la pertenencia social, los valores y principios). En fin, para quienes tengan un interés mayor en el tema recomendable es el libro de Georg Simmel “La filosofía del dinero”. Mientras prosigo.
Ya definí el excedente, padre del trueque, abuelo del dinero, básicamente como energía sobrante. En el mismo sentido, desde el tema que nos convoca a todos en este blog, la energía, ¿cómo puede ser definido el dinero? O, dicho de otro modo, energéticamente hablando, ¿qué es el dinero? Al entender de este servidor el dinero puede ser definido, o encasillado, de dos formas o en dos definiciones:
a) batería energética (medio de pago, ahorro o acumulación)
b) vector energético (medio de intercambio).  
Veamos.
La definición de la RAE para batería es acumulador eléctrico, mas técnicamente se define a las baterías y pilas como acumuladores, siendo esta otra forma de nomenclatura para dichos artefactos.  Luego, el dinero no es otra cosa que una batería energética, que antaño por valor material de que estaba confeccionado, y hoy por fe y abstracción, es transmutable  en múltiples y casi infinitas expresiones de esa energía, desde unas manos mágicas que  te trasportan en el aire a 10000 km y te depositan suavemente en las playas de Varadero, hasta la pizza o el kilo de arroz para la reunión de amigos o con el que el indigente vive una semana.  Es una batería energética mágica; cuyo sortilegio reside, precisamente, en que nos permite la transformación de la energía –reitero, por fe, abstracción y representación- en casi en lo que deseemos… entonces, ¿qué hay de mágico en la frase un millón de dólares?, pues simple, esa frase no es más que una forma de representarnos la idea, posibilidad fantástica (y la palabra nunca estuvo mejor utilizada), de ser dueños de una fuente de energía infinita para hacer todo cuanto queramos… ese es su encanto, su hechizo. El brillo del oro, más que el oro, es lo que atrapa y pierde al avaro y al ladrón (ni una ni otra cosa pierde al banquero, a él lo seduce la cantidad numérica, sea escrita en un libro de contaduría o en la pantalla de un computador) lo que insinúa que vale y no lo que vale. Pero ese dinero esa moneda tiene sus raíces bien hundidas en la realidad, y en la más básica de todas, despojada de su fulgurante canto de sirena ( detrás de la moneda está Dios dice Borges en El zahir)  proviene, directamente de aquella oveja o cabrito criado en las pasturas neolíticas; así la palabra “pecuniario”, lo atingente al dinero, viene etimológicamente del latín “pecus” “rebaño”; lo mismo el vocablo español “ganancia” que pareciera provenir de “ganado”… también la cosecha es parte de esa consideración y hasta hoy lo extremadamente valioso vale como “ grano de oro”.  Por favor, no nos olvidemos, en las raíces del dinero solo encontramos comida y abrigo, una forma de acumulación y reemplazo de esa energía que se nos escapa inclemente cada día, junto con la vida, a través del hambre y el frio.
Igualmente, el dinero, puede ser considerado un vector en la medida en que este es definido como (RAE) Agente que transporta algo de un lugar a otro. Así, el dinero, es un vector energético, el elemento trasmisor de energía entre personas, jurídicas y naturales, al interior de la comunidad y entre comunidades (si se quiere países). Más aún, con la digitalización del dinero hemos llegado, también al punto de la transferencia mágica del mismo. La tele transportación de la energía,…quizá por primera y única vez en la historia del hombre, hemos roto las leyes de la materia…y si no es así, el truco ha quedado lo suficientemente perfecto como para que el público no descubra el engaño.
Preguntaba al inicio del capítulo 1 de este post: ¿Han notado la fascinación que produce la hollywoodense frase un millón de dólares? Pues ahí está la respuesta, energía infinita, en infinitas formas, y para satisfacción infinita de las necesidades y más probablemente hoy de los deseos, placeres y vicios. Igualmente podría decir, que la energía infinita podría llevar al bien infinito, pero esa afirmación, contrastada con la realidad, no alcanza a durar el tiempo que me demoro en escribir la frase.      
Pero volvamos a lo nuestro. La tesis pikolera básica es que vivimos en un tiempo con energía menguante o estamos ad portas de entrar en él. Ahora, si este es fenómeno real y concreto como lo anunciamos y defendemos los pikoleros, ¿cómo se manifiesta? Y más precisamente ¿cómo se manifiesta entre nosotros, hombre de a pie, ciudadanos comunes y corrientes del mundo? simple, en este mundo, tú tienes menos dinero…tú tienes menos energía. Detengámonos en este punto. Actualmente la unidad internacional de energía, definida de esa manera por el Sistema Internacional de Unidades es el julio, que se define como el trabajo realizado por una fuerza de un newton en un desplazamiento de un metro en la dirección de la fuerza, es decir, equivale a multiplicar un Newton por un metro ( para los humanistas, como este servidor, casi chino mandarín). Asimismo, existen muchas otras unidades de energía, algunas de ellas utilizadas actualmente, otras en desusoCaloría (cal) ,Frigoría (fg), Termia (th), Kilovatio hora (kWh) Tonelada equivalente de petróleo (Tep) Tonelada equivalente de carbón (Tec) Electronvoltio (eV) Brit ish Thermal Unit (BTU o BTu) Caballo de vapor  (CVh) Ergio (erg) Pie por libra( ft × lb). Y si bien, para medir científica o matemáticamente cierta cantidad de energía, dichos conceptos o unidades otorgan la certeza y objetividad que requieren las ciencias exactas, claramente, a un nivel social, individual o comunal, medir nuestro acceso a la energía o la cantidad de energía con la que contamos, utilizando las medidas o unidades anteriores, es un despropósito. Se puede hacer sí,  en un laboratorio, como objeto de estudio científico o en modelos matemáticos, ideales y teóricos;  pero en el aquí y ahora, en la realidad concreta del cuerpo social, esas unidades no tienen sino una cabida marginal. Quizá, dejando de lado la caloría (cal) por su directa relación alimenticia, el decir que Fulano, o que el pueblo de Zutano, tiene acceso a un julio diario de energía, a 100 julios mensuales o anuales,  a Fulano y al pueblo de Zutano, les dice nada. En la realidad, en el día a día, la fórmula es más sencilla, tú tienes menos dinero, tú tienes acceso a menos energía.
Así, si en la prehistoria, en los albores de la humanidad, el acceso a la energía estaba determinado derechamente por tu fuerza o la de tu clan (la ley del más fuerte); si en la antigüedad (y posiblemente hasta el inicio de la edad de los combustibles fósiles) el acceso a la energía acumulada o vacante estaba determinada casi exclusivamente por el nacimiento, esto es la pertenencia desde la cuna a cierta clase social dominante( nobleza, aristocracia, militar o religiosa) que solo dejarías en la muerte, el solo hecho del nacimiento aseguraba, contra todo evento, el dominio y la propiedad de los bienes materiales para mantener dicho status (paradigmático de ese inmovilismo energético es precisamente la época o edad feudal). Bien, ahora, en el presente, sin eufemismos, tu acceso a la energía está determinado por la cantidad de dinero con que cuentes (ello incluso independiente de la forma en que te hayas hecho de ese dinero…ya luego llegaré a ese punto) en el aquí y el ahora… tú tienes menos dinero, tú tienes menos energía.
Decir, que no es necesario señalar lo pendiente que estamos los pikoleros de los macro procesos energéticos en desarrollo, en sus distintas vertientes, políticas, económicas, geográficas, militares, mismas que apoyen nuestra opinión o la subviertan; todos aquí participamos de esa dinámica. Lo anterior, claramente, tiene sus consecuencias a la hora de mirar e interpretar el mundo desde la perspectiva pikolera; entre ellas, sino una de las más importantes, seguro una de las más paradójica es que, aunque aceptamos el Crash oil como un fenómeno que se desarrolla día a día y que, por tanto,  necesariamente se está desarrollando a nuestro alrededor; pero, asimismo, por imperceptible, sencillamente no acertamos a verlo. Y sin embargo, lo anterior, porque el fenómeno es cierto, debiera ser posible. Refiramos que, quizá,  la razón de este vicio de refracción sea lógica …lo grande es más fácil de ver que lo pequeño; las actuaciones del conjunto son más uniforme y coherente que las actuaciones del individuo; es razonable, entonces, que desde la ciencias, particularmente las exactas (aunque también las sociales), las actuaciones humanas, desarrolladas en el ámbito de la cotidianeidad, merezcan siempre ser vistas, únicamente, desde una perspectiva unitaria o individual atomizada, sin conexión directa con macro-procesos civilizatorios (como el que nosotros propugnamos con el Crash Oil.). Y si bien es lógico considerar que en el actuar de un solo individuo está más presente la voluntad individual del mismo, de quien realiza el acto,  que el reflejo de procesos culturales, económicos o sociales, tal vez esto último no sea tan así. Dicho de otro modo, el cuadro del todo que nos entrega la ciencia solo puede pintarse con números; posiblemente, la ciencia, solo pueda mirar con la certeza que de ella se reclama exclusivamente a través de la cantidad. Pero para el caso del todo y la parte,  de la civilización y el individuo, la conexión no se puede (ni se debe) hacer, a todo evento, en arreglo a cifras, gráficos o estadísticas. El hombre puede hacer lo que no el número, puede mirar a través de la pupila de otro hombre; luego, y quizá si estamos atentos, podamos ver la verdad de lo continente (la humanidad) en un solo gesto o palabra de lo contenido (el humano)… entonces pregunto: ¿qué tendría que ver que el fontanero deje mal un arreglo en las cañerías de mi casa con el Crash oil?
Antes de responder, o tratar de responder, la pregunta anterior -que es en definitiva donde quiero llegar- permítanme, primero, hacerles otra pregunta: ¿Qué es lo realmente mágico que tienen los hidrocarburos?
Sociológicamente, estimo (y sí, esta es una apreciación que puede ser subvertida), permiten, por primera vez en la historia de la humanidad, disociar, masivamente, el excedente energético y su utilización en las cobertura de necesidades, para colocar dicho excedente, como resultados de satisfacción segura de las primeras, en los simples deseos. Al día de hoy lo anterior tiene, podría tener, una primera y posiblemente trágica consecuencia, el creer que las necesidades, particularmente las básicas, se cubren solas… hace tanto ya que nadie pasa hambre o frio (y que no se me mal interprete, hablo desde la perspectiva del hombre promedio occidental, que bien o mal se las apaña dentro del BAU  “para llegar a fin de mes”… ¿ se entiende no?) decía que hace tanto ya que nadie pasa hambre o frio, que nadie asocia la falta de energía o, su equivalente, el dinero, con esos fenómenos. La neolítica relación directa entre excedente energético y cobertura de las necesidades básicas, en gran parte de países occidentales solo se da al interior del fenómeno de la indigencia y de manera más global en ciertos países con amplios y brutales problemas de pobreza… es ahí donde efectivamente un euro o peso o dólar de menos significa un día de hambre o frio. Pero en el contexto BAU (incluso entre las clases más bajas del “sistema”) el excedente energético y su merma dejarán en evidencia otro tipo de “necesidades” o “carencias”, casi simples deseos. Ya la conexión anterior les quita, objetivamente, el grado de tragedia y de profundidad abismal que la frase “una necesidad insatisfecha” de por sí plantea…dos ejemplos cotidianos: a) el sufrimiento de quien tiene que cambiarse de barrio pijo a uno menos considerado socialmente porque su situación financiera cambió; ese es un sufrimiento real para los involucrados… ¿ cuántos MILLONES familias están viviendo en este momento ese drama replicado en el auto, la casa, el colegio de los niños? b) ¿cuantos millones de familias de las clases más desprotegidas y vulnerables socialmente tienen como primera prioridad el pago de la TV por cable, siendo elevado, de facto , ese elemento, al carácter de esencial?...(el sufrimiento es real pero, esencialmente, ¿está justificado?) .
Así las cosas, los hidrocarburos, permitieron confundir masivamente necesidades con deseos; luego, en un rizo maquiavélico, ha hecho desaparecer las necesidades y en su lugar se han colado,  impostados, los deseos. Mientras exista energía vacante la ilusión se mantiene y se mantendrá, social y personalmente, global o unitariamente. Se conservará ese ingenuo delirio mientras los niveles de energía no mengüen al punto de hacernos volver, de rompe y raja, a los límites esenciales, al núcleo duro de lo que malamente debemos considerar verdadera energía cubriendo verdaderas necesidades (pan techo y abrigo). Así, por ejemplo, si alguien gana 1000 (solo como ejercicio 1000 unidades de energía) y con eso cubre sus necesidades esenciales un recorte del 50 % 500 unidades implicara que efectivamente pueda dejar de cubrir conceptos energéticos básicos como abrigo y comida (comenzará a pasar hambre y frio) sin embargo si alguien gana 20.000 unidades de energía un recorte de 500 unidades implicará posiblemente un día menos de vacaciones y claramente esa situación es mucho más difícil asociarla a la energía y su finalidad como satisfacción de las necesidades humanas, sin embargo, la merma, igualmente es real.
Los pikoleros lo sabemos, esta generación y las que vienen están enfrentada a un momento único en el devenir de la humanidad. Durante los últimos cincuenta mil años el hombre ha contado con excedentes energéticos crecientes, y ese ha sido el púlpito sobre que el cual, generación tras generación, el hombre le ha gritado en su cara al universo el titulo soberbio de ser la “criatura mimada de la creación”. Con el maná de energía siempre creciente para sostener cada palabra del discurso civilizador, no hubo ni contradicción ni tropiezo; sin embargo, será esta generación y las que siguen a quienes le he este dado conocer la verdadera fortaleza de esa afirmación.


viernes, 24 de abril de 2015

El Oil Crash a escala humana (I)



Queridos lectores,

Parroquiano nos ofrece este largo ensayo por entregas, sobre el significado de la civilización y el dinero en términos energéticos, y cómo nos acaba afectando a todos el declive energético. Espero que sea de su agrado.

Salu2,
AMT


El crash oíl a escala humana. I

Hay tantas cosas en la vida más importantes que el dinero! ¡Pero cuestan tanto!
Groucho Marx

¿Han notado la fascinación que produce la hollywoodense frase un millón de dólares?...un millón de dólares… Si hacemos memoria, la locución ha sido repetida hasta la saciedad en cuanta película gringa se haya proyectado en nuestras pantallas y en esa banal repetición del enunciado (…un millón de dólares…) se patentiza no lo material y concreto del concepto, tanto como su componente mágico, fantástico y, si se quiere, sobrenatural. La cifra (un millón) seduce por lo  que insinúa, no por lo que compra…, la oración funciona igual para un millón de pesos, un millón de pesetas, de bolívares, soles, euros, libras, marcos…lo encantador de la frase trasciende los idiomas, las medidas y el valor objetivo de cada moneda, todos repitiendo embelesados el mantra mágico de la felicidad…un millón de dólares…un millón. Pero, ¿porque?
Digamos, primeramente, que no es la primera vez en la historia que una cifra objetiva, sirve o se usa para designar otra cosa u otro concepto distinto a la propia unidad numérica que nominalmente representa; el diluvio duró 40 días y 40 noches, los israelitas vagaron por el desierto 40 años, Jesús ayunó 40 días, Ali Babá y los 40 ladrones… ¿lo van adivinando? sí, el número 40, en la antigüedad, era la forma para expresar el concepto de mucho o  incontable si se quiere; cuesta creer (y que nos haga reflexionar) que una cifra hoy tan básica, hace algo más de 2000 años tenía el valor casi de infinito. Hoy mismo, el número 7 es el número de la suerte por excelencia. Luego, para preguntarnos -y bien respondernos- qué se esconde detrás de esa cifra mágica (un millón) y como nos afecta en la actualidad de cara al fenómeno del peak oíl, primero debemos preguntarnos ¿qué es realmente el dinero?...puntualizo, energéticamente hablando, ¿qué es el dinero? Y para llegar a esa respuesta que, a su vez, será la base del análisis de los capítulos subsecuentes de este post, estimo que lo primero es un pequeño, pero necesario, recorrido por la historia primera del ser humano y el desarrollo primigenio de su relación con él dinero. A saber.
El hombre aparece en la tierra en la primera fase de “hominizacion”, que se sitúa, temporalmente, alrededor de los diez millones de años atrás; preantropida e irracional, sus vestigios dicen relación con el Oreophitecus (Italia), Ramaphitecus (India) y el Keniaphitecus (África del Sur); no existen mayor información de esta etapa, y lo cierto es que muchos estudiosos del tema ni siquiera la consideran como efectivamente existente. Una segunda etapa se sitúa alrededor de los cinco millones de años atrás; a los homínidos que vivieron en esta fecha se les denominó, de forma general, Australopitecus, y constituyen, precisamente, el género anterior al género “homo”. Entre sus más famosos representantes tenemos al Australopitecus africanus y prometeus descubiertos ambos por Raymond Dart, en Taugs y Makapansgat, en el año 1925 y 1948 respectivamente; también el Plesianthropus Transvaalensis descubierto por R. Broom, en Sterkfontein, en 1936. Una tercera fase de hominización comienza con el descubrimiento del Homus Habilis (con lo que efectivamente se da inicio al género Homo) descubierto por Louis S. Leakey en Oldubai, Tanzania, al que se lo data con una fecha aproximada a los 1.8 millones de años antes de Cristo. Una cuarta fase la constituye la del homus erectus que nos acerca al año 500.000 a. c; dentro de este período encontramos el Pithecantropus Erectus, (Hombre de Java, descubierto en Trinil, Java, por Dubois en 1891) y el Sinantropus Pekinensis (Pitecantropus Sinensis, Hombre de Pekín, Black, 1929).
Alrededor del año 200.000 a c se distingue la penúltima etapa de Hominizacion llamada Paleantropida, cuyos principales representantes fósiles son el homus sapiens Neardentalis (Hombre de Neanderthal), y  el homus sapiens neardantaloide, ya en pleno periodo Paleolitico. Por ultimo, nos queda la etapa Neantropida, donde el paradigma lo constituye el Hombre de Cro-Magnon, homus sapiens sapiens, el que se sitúa alrededor del año 35.000 a. c., y cuya capacidad craneana, es sensiblemente parecida a la del hombre moderno, y que por lo mismo se constituye, precisamente, en su referente inmediato.
Bien, durante el Neolítico (10.000-3000 a. c. aprox.) los hielos glaciares se desplazaron lentamente hacia los Polos, las tundras y las estepas se convirtieron en bosques frondosos…estas mejoras en las condiciones climáticas dan lugar a la primera y posiblemente una de la más significativa revolución social que ha conocido de la humanidad, comparable solo con la anterior conquista y manipulación del fuego. Ella establece los cimientos de toda la expresión económica subsiguiente, hablamos el nacimiento de la domesticación de la planta y el animal, origen de la agricultura y la ganadería respectivamente; lo que junto a la conquista de la metalurgia, hace finalizar la etapa de “economía de apropiación, basada en la caza y la recolección como actividades principales, para dar paso a la “economía de producción”. Lo anterior, a su vez, tendrá consecuencias directas en la vida desarrollada a partir de dicha etapa y que nos alcanza hasta hoy; pasamos de una vida nómada a una vida sedentaria, nacen  los asentamientos urbanos estables…es el inicio estructural de las primeras ciudades.
Pareciera ser que el primero de los dos fenómenos en desarrollarse fue el de la ganadería; por un lado estaba referido a seres vivos con una vitalidad más cercana a la humana, como es el caso de los animales, y por tanto más fácil de conocer y asimilar, que la vitalidad inherente a los vegetales, más lejana a nuestra propia forma esencial. Por otro lado, el pastoreo o ganadería, se acomodaba mejor a la primitiva forma de vida nómade del hombre prehistórico; mismo que estaba obligado a recorrer, con sus animales, distintas comarcas en busca de los pastos que les servían como alimento. Sin embargo, esta vida nómada, implicó que mucho de esos pueblos quedaran rezagados en su desarrollo en favor de quienes ya comenzaban a asentarse a su lado…los pueblos agrícolas.  
                    Es con la agricultura con que el hombre, derechamente, comienza a afianzar su espíritu civilizador. Entre otras razones tenemos que el fenómeno de la agricultura implica por primera vez el sedentarismo absoluto; lo anterior, toda vez que, por un lado,  el agricultor debe esperar indefectiblemente la recolección de su cosecha; por otro lado, porque ya no dejará las tierras que considere buenas o aptas para el cultivo. Esto último supuso la construcción de viviendas permanentes; actividad necesaria puesto que las cuevas, en las que antes se cobijaba, no siempre coincidirán con el lugar donde se encuentran las tierras de cultivo. Lo anterior, obviamente, evolucionó progresivamente en la misma medida en que el hombre se asentaba más fijamente en una localidad, y esa localidad, por su ubicación geográfica, o la especial característica de fertilidad de sus tierras, permitía el sustento de una mayor cantidad de personas, mismas que también contribuían a su defensa. Luego, esos asentamientos, derivaron naturalmente en el poblado y en la aldea como primeros núcleos urbanos. El nacimiento de la ciudad (y si se quiere del reino y el imperio posteriormente) como una nueva etapa histórica, estaba a la vuelta de la esquina. Decir que el concepto de propiedad territorial, que decantó del fenómeno de la agricultura, se perfeccionó y amplió en la medida en que las grandes ciudades se volvieron más importantes y permanentes. Por último, una tercera conquista vino a complementar las dos anteriores, y aunque su efecto civilizador, en principio, no fue tan evidente como el de la domesticación y la agricultura, fue la que terminó por perfilar la base técnica con la cual el hombre se planteaba ante esta nueva etapa de desarrollo humano: la metalurgia.
Pero, se preguntaran ustedes amigos lectores ¿de qué manera conectamos este resumido relato prehistórico con el peak oíl?...paciencia, para allá vamos.
Digamos que lo trascendente de cambio anterior (fuego, ganadería, agricultura, metalurgia…y observemos ya el detalle que las tres primeras de las cuatro patas del banco civilizador son manifestaciones físicas de energía concentrada) es que, al pasar el hombre de una economía natural de “apropiación”, básicamente dada por la recolección y la caza, a una economía artificial de “producción”, dada por la ganadería y la agricultura; aparece un nuevo elemento en el desarrollo de la humanidad, y que será factor clave en todo su progreso futuro y hasta nuestros días, hablamos del “excedente”… padre de la riqueza, hermano del dinero y aunque cueste creerlo, bisnieto de la batería de ion de litio…y es ahí donde quiero llegar…el excedente, definido como “lo que resta una vez suplidas las necesidades del individuo”, es lo que permite al hombre, por primera vez, invertir energía ya no en “mantener” sino en “desarrollar”. Energéticamente, el excedente, no es otra cosa que energía sobrante, excesiva y/o vacante.
Así, en la medida en que se “producía” las relaciones humanas dentro de la comunidad se fueron complejizando, toda vez que el “excedente”, al que ya hicimos referencia, permite ocupar parte de la población en tareas específicas; o sea permite, sin poner en riesgo la supervivencia de la comunidad, una especialización mayor. La importante consecuencia subyacente de lo anterior es la conquista del tiempo. Al escapar de la sobrevivencia, como actividad diaria y necesaria, lo mejor y mayor de las capacidades humanas se invierten en “producir”; pero luego, cuando ya la producción misma no necesita de la dedicación, ni física ni intelectual, que requirió en sus comienzos, lo que el hombre comenzó a “producir” fue “tiempo”, el que se tradujo a su vez en la “acumulación”, con el que nace definitivamente el concepto de riqueza. La acumulación y la riqueza a la que hacemos referencia tuvieron dos expresiones concretas, una, por cierto, más evidente que la otra. Por un lado la acumulación de riquezas en el puro orden material, granos, tierras, joyas, metales preciosos, rebaños, telas y esclavos. Pero por otro lado se dio también, aunque de forma mucho más sutil la acumulación de conocimiento, eclipses, ciclos climáticos, medicina etc., siendo ambos en definitiva los que ayudarían al fenómeno de la acumulación de poder.
Ahora, volviendo sobre el tema, ¿De qué manera se manifestó ese excedente energético en los albores de la civilización?, pues bien, primigeniamente en la cosecha y el rebaño. Particularmente, el segundo, sin mucho esfuerzo, podemos considerarlo la primera “batería energetica” con que contó la humanidad, energía envasada, movible, transferible, constante y utilizable según las necesidades de su propietario. Desde una perspectiva concreta de la vida y de la energía, y particularmente de la vida en aquel periodo, podemos decir que fue el trueque fue la primera forma de intercambio energético, traslado o transferencia energética, que no refiriera al trabajo mismo del hombre (o al propio hombre). Esta primera forma de intercambio del excedente energético, el trueque, la permuta de bienes materiales tangibles, estuvo condicionada por su tiempo histórico; frente a seres de experiencia concreta, con elementos particularmente reconocibles, una primera ventaja de este intercambio energético  era la certeza de la transacción ej. Energía de alimentos por energía de las pieles, las primeras llamadas a cubrir nuestro déficit interno de energía (hambre) y las otras llamadas a paliar la pérdida exógena de energía (frio), que en aquellos tiempo y (aunque nadie quiera admitirlo) hoy mismo, un nivel crítico en cualquiera de ellas lleva a una muerte segura. Con la ventaja de la certeza, el trueque, también incubaba la desventaja de la limitación, la que no tardó en hacerse presente, en la misma medida en que se complejizaba la sociedad que utilizaba dichos mecanismos de trasvasije energético. Luego, las dificultades inherentes al trueque, llevaron a la utilización de diversos bienes –particularmente, aunque no primeramente, metales- para facilitar los intercambios. Estos bienes convertidos en instrumentos generales de cambio se convirtieron en las primeras formas de dinero.
Decir que a lo largo de la historia, se han utilizado muchos tipos de bienes como medios generales de pago; se ha buscado bienes con un valor estable, de alto valor en relación con su volumen y disponible en cantidades suficientes a las exigencias. También se ha exigido que sean bienes fácilmente almacenables, que puedan ser transportados sin dificultad, divisibles, inalterables y no perecederos. En los primeros casos de comercio con dinero, la mayor utilidad y fiabilidad de los bienes para ser reutilizados y vuelto a intercambiar (su comercialización), determinaron su elección como objeto de intercambio. Así en las sociedades agrícolas, los bienes necesarios para la producción de cereales de una forma eficiente y cómoda eran los que más fácilmente adquirían significación monetaria en los intercambios directos. Pero, como dijimos, en la medida que las necesidades básicas de la existencia humana fueron satisfechas, se incrementó la división del trabajo que a su vez permitió crear nuevas actividades para el uso del tiempo y resolver problemas más avanzados. Conforme las necesidades de los pueblos se volvieron más refinadas, se hizo más necesario el intercambio de modo indirecto, de la misma forma la separación física de trabajadores especializados (oferentes) de sus posibles clientes (demanda) requería el uso de un medio común a toda la comunidad, para facilitar un mercado más amplio.   
El historiador griego Heródoto atribuye la invención moderna del dinero a los habitantes de Lydia, un pueblo del Asia Menor ubicado en las costas del Mar Egeo, entre las costas de las actuales Grecia y Turquía. Allí, en el Siglo VIII antes de Cristo, se hizo circular monedas hechas de una aleación de oro y plata que llevaban la imagen de un león que era el símbolo del pueblo. Por su parte la palabra "moneda" deriva del latín "moneta", que era el apodo de la diosa Juno, porque en su templo de Roma se acuñaban las monedas. De hecho, durante el Imperio Romano se empezó a acuñar una única moneda, igualando los tamaños, pesos y valores de todas las monedas existentes, y prohibiendo la acuñación de monedas por parte de individuos particulares, debido a que esa actividad era un monopolio del Estado. En tanto, la palabra "dinero" deriva del latín denarium, que era una moneda utilizada por los romanos para realizar actividades comerciales.  La historia indica además que el personaje que más ayudó a diseminar el uso de las monedas de metal fue el Rey de Macedonia, Alejandro Magno, quien desde el año 335 Antes de Cristo, impuso el sistema de acuñar monedas en Persia, Mesopotamia, Siria, Egipto y en varios territorios que hoy forman parte de Turquía, Afganistán, Pakistán y la India. Después de su muerte, en esos territorios se continuó con la práctica de acuñar monedas y, muchas de ellas, con el busto del propio Alejandro Magno.  Ttambién en China hay evidencia del uso y la acuñación de monedas durante la dinastía Chou, que gobernó por cerca de un milenio hasta el siglo tercero antes de Cristo. En las ruinas excavadas se han encontrado monedas de cobre de forma circular, con un agujero cuadrado en el centro. Igualmente, fue en China donde se usó por primera vez el papel moneda, lo que ocurrió en el Siglo IX. Su valor era garantizado por el oro y la plata del gobierno, y su gran ventaja era que no era tan pesado como las monedas. En Europa, el papel moneda apareció en el siglo XVI y su valor dependía de los depósitos en oro que poseía cada país que lo emitía.
…ahora bien, para continuar, ya definido el excedente desde un punto de vista energético como energía vacante…pregunto, desde ese mismo punto de vista, ¿qué es realmente el dinero?







jueves, 16 de abril de 2015

El momento político

Imagen de http://www.truthdig.com/report/item/mccutcheon_vicious_cycle_of_concentrated_wealth_political_power_20140405

Queridos lectores,

Este decisivo año 2015 va transcurriendo según lo previsto. Durante varios meses los medios de comunicación han vivido en una confusión favorecida por el Departamento de Energía de los EE.UU., que mostraba una sorprendente subida de la producción de hidrocarburos líquidos en ese país mientras que el número de pozos activos allí disminuía sin cesar. Sólo recientemente se ha podido comprobar que aquellas subidas eran sólo proyecciones hechas con un modelo de la EIA, y que cuando se han tomado datos reales (presentados con tres meses de retraso) en realidad la producción estadounidense estaba en ligero descenso, como era lógico porque el fracking, que nunca fue rentable, está llegando a su fin. Este desfase entre proyección y medición que tanto ha confundido a muchos avezados analistas, no es intencional, sino que responde a la política de recortes emprendida en ese departamento hace 4 años; pero en estos momentos de volatilidad del mercado esos datos mal actualizados dejan en evidencia el escaso fundamento de algunos analistas un tanto despistados (a los que, como siempre, remito a la guía que les hemos preparado para orientarse un poquillo; de nada, majetes). Y si la producción global de petróleo acaba cayendo, cabe esperar que el precio vuelva a subir y con fuerza.

Pero al mismo tiempo que los analistas comienzan a darse cuenta de que la burbuja del fracking está llegando a su fin, la Agencia Internacional de la Energía, a través de su Oil Market Report mensual, reconocía recientemente que la demanda de petróleo ha caído desde un promedio 93,7 millones de barriles diarios (Mb/d) en el último trimestre de 2014 a 92,99 Mb/d del primer trimestre de 2015, y proyectan aún una ligera  caída durante el segundo trimestres (92,66 Mb/d), para luego prever una (poco verosímil) gran subida a finales de año y quedarse por encima de los 94 Mb/d. Por tanto, si la demanda baja el precio debería de bajar, al menos a corto plazo.

Éste es el tipo de señales mixtas que esperábamos, en que algunos indicadores indican que el precio debe mantenerse bajo (demanda débil) y otros que el precio debe subir (oferta en retroceso); de hecho, lo que esperamos es que en los próximos meses el precio se vuelva a disparar, para un tiempo después volver a bajar rápidamente. En realidad, lo que sucede es que estamos entrando en la peligrosa espiral de destrucción de oferta - destrucción de demanda que ya comentamos, y cuyas consecuencias últimas, si no se hace un esfuerzo por detenerla, serían ni más ni menos que el colapso de nuestro sistema económico. Pero obviamente los principales actores implicados en este drama tomarán y de hecho ya están tomando medidas para frenar los efectos más negativos.

A nivel de compañías, están comenzando ya los procesos de fusión. La compañía de bandera española Repsol adquirió Tasliman Energy, en un movimiento que desde España se saluda como un triunfo, mientras que fuera de España se valora como un fracaso de Talisman, acrecentado por la caída de precios del petróleo. Pero ese acuerdo de 8.300 millones de dólares se queda pequeño en comparación con la reciente adquisición de BG por parte de Shell por 70.000 millones de dólares. Y parece que éste último acuerdo sólo es el primero de una lista que promete ser larga, y que llevará a una progresiva concentración de los activos petroleros. Lo cual es lógico; recordemos que las mayores compañías petroleras privadas del mundo han incrementado enormemente sus gastos en exploración y desarrollo para producir cada vez menos, como explicaba Steve Kopits en una presentación a principios de 2014:




Por eso en este momento resulta más barato comprar otras compañías y aumentar de esa manera más contable que de otro tipo su producción. Es un proceso de autofagocitación que tampoco puede tener un recorrido demasiado largo. Espérense que en los próximos meses haya más movimientos de fusión y absorción (y yo en el caso de Repsol no me confiaría mucho).

Así como las compañías pueden tener interés en captar recursos de otras compañías para disimular su inevitable declive, algo parecido puede pasar con los países. La reciente declaración por parte del presidente Obama de que Venezuela es una amenaza a su seguridad nacional y el enturbiamiento de las relaciones entre Venezuela y España no hacen presagiar nada bueno para el país caribeño, muy afectado por la caída de sus ingresos de divisas que ha supuesto la súbita bajada del precio del petróleo. ¿Podría una eventual invasión americana servir para asegurar el suministro de petróleo a los estadounidenses en los próximos años, cuando se consume el estallido de la burbuja del fracking? Es mera especulación, pero así como los EE.UU. pueden dudar en acometer una medida tan turbia por la mala imagen internacional que le acarrearía, otros países en otras regiones del mundo podrían tener menos miramientos y compensar su propia bancarrota petrólifera apropiándose de la producción de otros países.

La inestabilidad en el mercado del petróleo se acaba transformando en inestabilidad económica, y ésta en inestabilidad internacional pero también en inestabilidad doméstica. Los ciudadanos de los países occidentales cuestionan cada vez a unos líderes que consideran inoperantes, al ser incapaces de sacar a la clase media de su inevitable e histórico hundimiento, y eso favorece la proliferación de nuevos movimientos de corte populista y escasa carga ideológica. La ideología, en todo caso, no ha supuesto en la mayoría de los países un problema para que partidos de todo el arco político, de izquierda a derecha, hayan al final implementado las mismas e idénticas medidas en materia de política económica, así que no resulta sorprendente que tantos ciudadanos den la espalda a una configuración ideológica tradicional y estén dispuestos a acercarse a opciones mucho menos teóricas y con un discurso más cercano al sentir de la calle, a los problemas que la gente de verdad tiene en su día a día: conservar el trabajo y la casa, vivir una vida digna, mantener un nivel de servicios públicos... Otra cosa diferente es si estas opciones tienen capacidad de cumplir las promesas que ahora realizan, pero lo que está claro es que las nuevas opciones están cogiendo momento, están tomando tracción. En un proceso de polarización creciente, el momento de la sociedad es esencialmente político: nunca en las décadas inmediatamente precedentes la política atrajo tanto la atención de los ciudadanos.

En España en particular este año es crucial. Las pasadas elecciones autonómicas en la Comunidad Autónoma de Andalucía se verán sucedidas el mes que viene por elecciones municipales y en muchas otras Autonomías, en Septiembre por elecciones en la Comunidad Autónoma de Cataluña y en Noviembre-Diciembre por elecciones generales. Después de la sorpresa que supuso la irrupción de Podemos en las elecciones europeas del año pasado los resultados en Andalucía han reflejado de manera clara cómo los medios de comunicación pueden fácilmente aupar o descabalgar opciones, pero en el proceso y con una gran descontento popular la tendencia es a una división. Ahora mismo, la tendencia que parece irse consolidando es un reparto del poder entre cuatro opciones que cada vez son más similares en cuanto a su peso relativo: los tradicionales PP (conservador) y PSOE (socialdemócrata), y las formaciones emergentes Podemos (populista de izquierdas) y Ciudadanos (populista de derechas). Este proceso de fragmentación del mapa político (fragmentación aún mayor en algunas autonomías como la catalana, donde la dimensión nacionalista del problema introduce otros cuantos partidos en la liza) lleva, en sistemas de democracia liberal basados en amplias mayorías, al desgobierno, como crónicamente ha pasado en Italia y como progresivamente se va instalando en España y se irá instalando en otros países europeos. Como en lo que al final es lo esencial, que es la política económica, nadie va a apostar por una ruptura con el modelo imperante, los problemas de raíz no se van a resolver y en realidad van a ir a peor. No olvidemos que esta crisis económica no acabará nunca, no al menos dentro de este modelo.

Es difícil de saber qué vendrá después. Quizá la población, desencantada, dé la espalda a todo el sistema político y se den movimientos cada vez más radicales, que vayan pasando cada vez  a una acción directa cada vez más violenta. Indicios de que se podría acabar llegando a una deriva violenta los tenemos en los escraches que empezaron a menudear en España hace unos años y que aunque ahora son mucho menores podrían volver a coger fuerza en cuanto la situación económica se vuelve a deteriorar con fuerza. No sólo en España: ayer mismo una activista le lanzó confetti a la cara al mismísimo presidente del banco central europeo en medio de una rueda de prensa. La inoperancia de nuestros líderes puede motivar a movimientos cada vez más amplios, más violentos y en última instancia revoluciones que llevarán a cambios de gobierno muy radicales pero que no serán necesariamente mejores; es más, lo más probable es que se acaben en autoritarismos. Si por el contrario se sigue confiando en el sistema político con rápida alternancia entre nuevas opciones que vayan surgiendo, por desgracia acabar en un movimiento autoritario también es bastante probable; así llego Hitler al poder.

Sin duda éste es el momento de la política. De la política en sentido propio: política viene de polis, la ciudad en griego. Es el momento de interesarte por los asuntos que afectan a la vida de los ciudadanos. Pero la solución, o parte de ella, a los problemas que nos aquejan no es más de los mismo, sino abordar los problemas de una manera diferente. Si no lo hacemos, si no reaccionamos, lo más probable es que sobrevenga la miseria y en última instancia la barbarie. La ventana de oportunidad de la que hablábamos hace años se está cerrando, y será difícil que se vuelva a abrir en mucho tiempo. Aún no estamos perdidos, pero es necesario centrar los debates sobre lo verdaderamente importante, y no sobre las distracciones vacuas del momento.


Salu2,
AMT

P. Data: Quiero dedicar el post de esta semana a Alberto Campos. Recibe mis ánimos desde estas líneas, y un fuerte abrazo.